La transición hacia la movilidad cero emisiones puede terminar por convertirse en un adiós al automóvil privado en las grandes urbes europeas. El aperitivo de los que está por llegar en un futuro no tan lejano, lo ha dejado bien claro la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Milán; Elena Grandi.
Durante una entrevista al medio italiano Corriere della Sera, la concejala ha hablado son tapujos dejando claro cuáles son los objetivos a medio y largo plazo de las ciudades, que en un futuro próximo serán muy diferentes a lo que estamos acostumbrados.
La dimensión de las declaraciones de Grandi ponen en evidencia un gran secreto a voces que desvela la estrategia que, antes o depués se llevará a cabo en los consistorios de todo el viejo continente.
No a los automóviles, ni siquiera eléctricos
A las ciudades del futuro que comienzan a diseñarse en el presente no les gustan los automóviles privados, de hecho ya no se trata de una cuestión de emisiones, puesto que ni si quiera el coche eléctrico será bienvenido en las grandes urbes.
Para la concejala de la ciudad de Milano (Milán): «El objetivo general es tener, para el 2050, una ciudad totalmente sin coches particulares. No coches eléctricos: queremos una ciudad sin coches”.
Para conseguir este objetivo, desde el Ayuntamiento de la capital de la moda están poniendo en práctica un arsenal de medidas que penalizan el uso del vehículo privado. Desde las zonas limitadas a 30 km/h por doquier, pasando por una invasión de carriles bici y bloqueo al tráfico, los milaneses ven cada día restringido el acceso y el uso de las vías tal cual las usaban antaño.
Estas medidas están siendo duramente criticadas por parte de la ciudadanía y los medios de comunicación del sector del automóvil, que critica la excesiva criminalización del coche, al que se le termina culpando prácticamente de todos los males.
Una medida muy criticada
Entre las críticas se plantea el automóvil como una necesidad y no como un objeto de lujo, elemento necesario para conciliar la vida para miles de personas y familias enteras, que sin un vehículo privado verían comprometida su forma de vida y su movilidad.
Por otra parte, el precio de las viviendas en los centros de las ciudades alcanzas cifras que no son aptas para todos los bolsillos.
Esto obliga a alejarse hacia la periferia a millones de personas, obligando al uso del transporte privado cuando el público no puede ofrecer la velocidad y flexibilidad para los desplazamientos familias con hijos pequeños, que estudian por ejemplo en diferentes zonas, algo difícil de compatibilizar con los trabajos de los progenitores y la conciliación familiar a golpe de transporte público, como aporta en un artículo muy crítico la prestigiosa revista Quattroruote.
Otro argumento utilizado por los defensores del automóvil es la constatación de una incómoda realidad, en la que barrios y extensas áreas de las grandes ciudades han perdido casi en su totalidad los comercios de proximidad, obligando a la ciudadanía a desplazarse a grandes centros comerciales para sus compras, aquí los turismos son casi imprescindibles para transportar lo que antes se compraba en la tienda de al lado.
En futuro de las ciudades
Del otro lado de la balanza, el automóvil pasa la mayor parte de su vida estacionado, ocupando en muchos casos espacio público y usado, en ocasiones, más como ocio que como necesidad.
La llegada de la conducción autónoma y los robotoxis puede cambiar la forma en la que se organiza la movilidad en un ciudad moderna, en combinación con servicios públicos de calidad correctamente dimensionados.
De esta forma se podría compatibilizar la necesidad del transporte en vehículos tipo turismo con la sostenibilidad de las urbes.
Por el momento, la tendencia está desplazando al automóvil a un segundo plano en pos del peatón y en Milán, con el Ayuntamiento en manos de los verdes, se pretende desarrollar de forma más concreta el uso compartido del coche, un servicio que ha experimentado un fuerte aumento usuarios recientemente.
