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Baterías de flujo y sal como alternativa económica para el almacenamiento de energías renovables

La búsqueda de un sistema eléctrico donde las energías renovables sean las absolutas protagonistas tiene retos por delante como cubrir sus intermitencias. Para ello se trabaja en el despliegue de grandes parques de baterías. Pero el elevado coste y los materiales usados para su producción hacen que la búsqueda de alternativas sea cada vez más urgente. Ahora unas sencillas y efectivas baterías de sal emergen para transformarse en una opción económica y efectiva.

La idea es usar una batería de flujo sin metal. Así lo han mostrado los técnicos de JenaBatteries. Una empresa alemana que ha desarrollado un sistema sostenible, seguro, económico y escalable que representa una alternativa a las baterías de litio convencionales.

Las baterías de flujo redox (“red” de reducción y “ox” de oxidación o liberación de electrones) están formadas por depósitos de energía electroquímica. En lugar de almacenar en electrodos fijos, han optado por un sistema de depósitos y celdas electroquímicas que contienen una solución salina, cada uno con
diferentes materiales de almacenamiento orgánicos y libres de metales tanto para el polo positivo como para el negativo.

Como hemos dicho, la modularidad será una de sus cualidades. De esa forma cada cliente podrá seleccionar la cantidad del electrolito para de esa forma adaptarla al uso que se le dará. Algo que en la práctica permite desarrollar baterías según las necesidades de cada proyecto.

La materia prima de las baterías será la sal. Un componente extremadamente abundante y económico, que permite además desarrollar un tipo de baterías que tendrá en la estabilidad térmica otro de sus puntos fuertes. Y es que según sus diseñadores, estas no podrán explotar ni incendiarse bajo ninguna circunstancia.

Otro de los puntos interesantes es que no hablamos de una batería milagro ni un desarrollo a largo plazo. Es un producto que puede ser fabricado, e incluso ya cuentan con kits de demostración con contenedores de 400 kWh y 100 kW cada uno.

Pero desde Jenabatteries son conscientes del enorme reto que hay por delante en cuanto al despliegue de sistemas de almacenamiento a gran escala, y ya trabajan en soluciones de una magnitud de MWh que estarán disponibles en los próximos años. Unos productos que incluso antes de comenzar sus ventas, ya tienen clientes haciendo cola para ser los primeros.

El reto ahora a superar es la capacidad de producción. En la actualidad estas baterías de sal tienen un proceso principalmente artesanal. Pero en uno o dos años como máximo, los responsables de la compañía indican que debería estar lista una línea de producción automatizada que permita disparar el ritmo de fabricación.

Una tendencia en la que todos coinciden será el futuro energético de Europa, donde habrá que echar mano de todos los sistemas de almacenamiento que dispongamos: desde el bombeo hidráulico, almacenamiento por batería, hidrógeno o almacenamiento térmico.

Un sector que dará un impulso definitivo a las energías renovables, y que permitirá ir reduciendo la dependencia de combustibles fósiles como el gas o el petróleo.

Fuente | Jenabatteries

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