El nuevo BMW iX3 compensa sus emisiones extra tras solo 20.000 kilómetros

La producción de un coche eléctrico sigue teniendo normalmente mayor huella ambiental que la fabricación de un modelo de combustión. Algo que compensa con la ausencia de emisiones directas en su conducción. La pregunta es cuánto tarda. BMW ha confirmado que su nievo iX3 lo hace antes de lo que muchos pensarían.

El nuevo BMW iX3 compensa sus emisiones extra tras solo 20.000 kilómetros

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Publicado: 24/11/2025 08:49

Hace unos meses, BMW presentó en el Salón de Múnich su nuevo iX3. Una fuente de buenas noticias para la marca, tanto por su competitiva propuesta, como por la buena acogida de los clientes. Pero ahora además añade otro hito y es su baja huella de emisiones.

La historia viene de lejos. El “Proyecto i” arrancó en 2007 con un objetivo ambicioso: repensar por completo el concepto de automóvil. De ahí nació el i3, que salió a la venta en 2013 y sorprendió por su planteamiento radical. Para compensar el peso de unas baterías aún muy pesadas, BMW optó por una solución que en aquel momento parecía casi de ciencia ficción: construir todo el habitáculo en fibra de carbono. Y funcionó. El peso total del i3 apenas superaba los 1.300 kg, una cifra muy baja para un coche eléctrico.

BMW iX3

Hoy las cosas han cambiado mucho. Las plataformas dedicadas como la Neue Klasse permiten mayor flexibilidad y eficiencia, pero eso no significa que se haya perdido el foco en la sostenibilidad o el peso. De hecho, ahora se presta más atención que nunca a los materiales y procesos utilizados, con una obsesión creciente por lo que en la industria llaman “circularidad”: que todo pueda reutilizarse y reciclarse, incluso en los detalles más pequeños.

BMW está aplicando lo que define como enfoque “secundario primero”, priorizando materiales reciclados frente a los nuevos. Y no sólo en los plásticos del interior, sino también componentes de la suspensióne incluso las celdas de la batería.

Por ejemplo, el 50% del cobalto, litio y níquel usados en sus nuevas celdas Gen6 proviene de materiales reciclados, lo que reduce las emisiones de CO₂ en un 42% respecto a las anteriores Gen5. Y no solo eso: el 30% del plástico del compartimento del motor procede de redes de pesca y cuerdas recicladas.

BMW iX3

Aunque las formas se han suavizado respecto a los tiempos del i3, el fondo sigue siendo igual de ambicioso. Aquel urbano rompedor, al que inicialmente se conocía como Megacity Vehicle (MCV), fue uno de los primeros en demostrar que la fibra de carbono podía aplicarse a una producción en serie más amplia. Cuando su fabricación se detuvo en 2022, se habían vendido ya 250.000 unidades.

Desde entonces, el enfoque de BMW se ha desplazado hacia un análisis más completo del impacto medioambiental, no solo durante el uso del coche, sino en todo su ciclo de vida. Y aquí es donde llega uno de los datos más interesantes: según la propia marca, el nuevo SUV eléctrico logra igualar —e incluso superar— la huella de carbono de un modelo térmico equivalente después de solo 20.900 kilómetros si se recarga con la media del mix energético europeo.

Y si se recarga únicamente con energía renovable, ese punto de equilibrio llega tras apenas 10.875 kilómetros. Por lo que hablamos de apenas uno o dos años circulando para compensar sus emisiones.

Una apuesta por la sostenibilidad que tiene efectos publicitarios, pero también simbólicos ya que ayudan a mejorar la imagen de todo el sector del coche eléctrico entre unos críticos que suelen argumentar con el factor del impacto de producir las baterías. Unas baterías que el día de mañana podrán ser reutilizadas, y luego recicladas.

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