En los últimos años estamos viendo como el sector de las bicicletas eléctricas vivían una explosión sin precedentes, tanto en ventas, como en variedad de modelos. Un crecimiento que desde Europa hemos vivido casi de espectadores por culpa de una legislación que limita enormemente las posibilidades. Es por eso que de vez en cuando nos gusta repasar a lo que hay de oferta fuera de nuestras fronteras en bicis eléctricas que podemos comprar aquí, pero que no podremos usar en las vías públicas. De momento.
Y es que la UE ha recibido múltiples peticiones en los últimos años para modificar su absurda normativa que limita con dos cifras el mercado. La potencia máxima de 250W para el motor, y que este solo pueda apoyar hasta los 25 km/h. El segundo podría tener cierto sentido, pero no así el primero que carece de cualquier justificación en cuanto a seguridad. A esto podríamos añadir la prohibición de uso de aceleradores.
En esta ocasión vamos a hablar de la Bezior XF200. Un modelo plegable que destaca por contar con unas ruedas de 20 pulgadas, lo que facilita su transporte. Unos neumáticos anchos que facilitarán la circulación por terrenos complicados, como por ejemplo caminos de tierra o arena.
Cuenta con un potente motor de 48V y 1.000 W situado en el buje de la rueda trasera y que le impulsan hasta una velocidad de 40 km/h. Una potencia que le permiten subir pendientes de hasta 35 grados de desnivel, lo que junto con su acelerador, permite incluso que personas con problemas de movilidad puedan desplazarse en terrenos complicados.
La batería es un pack de 48V/15 Ah, que según los habituales optimistas datos del fabricante le permiten gozar de una autonomía de 130 km en modo de asistencia al pedaleo, y 50 km en modo totalmente eléctrico sin nuestra ayuda.
Además añade un sistema de doble suspensión, poco habitual en este tipo de bicis, doble freno de disco, cambio Shimano de 7 velocidades….Elementos que harán los desplazamientos algo más cómodos. Una bici dotada de un cuadro de aluminio 6061 con tratamiento térmico T4T6, donde se integra la batería que puede ser cargada en la propia bici, o ser retirada para cargarse en nuestra casa o nuestra oficina.
Un modelo como decimos, prohibido para usar en las vías públicas en Europa, que si podemos comprar si vamos a usarla en un recinto privado y que está disponible en las diferentes páginas web de importación con precios desde apenas 1.200 euros.
