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Tesla sube los precios de las baterías estacionarias Megapack, estando todo vendido hasta 2023

La presión inflacionaria en las materias primas hace inevitable que Tesla tenga que incrementar el precio de sus baterías estacionarias industriales, Tesla Megapack, que empezaron a comercializarse en 2019. Estos paquetes de baterías van por múdulos, siendo el más pequeño de 3 MWh y con una potencia de 0,8 MW. El precio ha escalado desde 1.235.890 dólares de EEUU hasta 1.537.910 dólares, aunque con 0,1 MWh adicionales de capacidad.

Dicho de otra forma, el kWh ha pasado de 411,96 a 496,10 dólares, casi un 20% más. Se mantienen los costes de mantenimiento anuales de 6.570 dólares, aunque cada año se incrementan en un 2% tras la actualización. Dado que las fechas de entrega de los nuevos Megapack se va al primer trimestre de 2023, se sobreentiende que todos los pedidos realizados han comprometido la producción de todo 2022.

Este incremento de precios no ha sido óbice para que Edify Energy anuncie la instalación de tres clústeres de Megapack para Australia asociados a la generación de energías renovables. En Riverina se van a instalar dos clúster, uno de 60 MW y 120 MWh y otro de 65 MW y 130 MWh. Además, se instalará en Darlington Point otro clúster de 25 MW y 50 MWh. Esta empresa dispone de mucha potencia instalada de energía solar fotovoltaica.

En total salen 78 Megapack individuales. En Electrek han hecho las cuentas para una instalación similar en California (ya que para Australia el configurador no está disponible), y les salen más de 126,5 millones de dólares, por encima de los 115 millones de euros al cambio. Los impuestos van aparte.

Teóricamente, los costes de estas megabaterías se recuperan con el tiempo. Si se aprovechan los excedentes de generación de las renovables cuando la demanda es baja, y se inyecta en la red cuando la demanda es alta, hay una diferencia importante entre el coste de generación y el precio al que se vende la energía, así que se acaban pagando solas.

Mientras no amaine la crisis de las materias primas y las tensiones geopolíticas asociadas al níquel, el cobalto o el litio, es lo que hay, los precios tienen que subir en las baterías. Para una empresa como esta, la subida (si es que se la han «comido», depende de cuándo hizo su pedido) simplemente significa un retorno de inversión más tardío, no el fin del mundo.

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