Uno de los complementos perfectos para una instalación fotovoltaica es una batería de respaldo. Esta nos ofrece no sólo el poder sacar el máximo partido a nuestros paneles, sino que además nos permiten mantener el suministro cuando una avería o mantenimiento cortan la electricidad en nuestra zona. Ahora el gigante coreano LG ha confirmado la renovación de su familia de baterías RESU, y como principal novedad está el paso que supondrá adoptar las celdas de litio-hierrofosfato (LFP) en sus próximos modelos.
Las nuevas baterías de respaldo RESU Flex de momento mantendrán sus celdas NMC, y vendrán como es habitual con varias capacidades, que van desde 8,6 kWh a 17,2 kWh, con más de 30 formas de instalación diferentes para maximizar la eficiencia del espacio y adaptarse a las necesidades o presupuesto del cliente. Unas baterías que se pueden instalar en cualquier superficie, interior o incluso en el exterior de la vivienda.
Según la configuración, RESU Flex se moverá en voltajes de entre 192 V a 531,2 V con capacidades que irán desde la más básica con 8,6 kWh y una potencia de entrada y salida nominal de 4.3 kW. Esta cuenta con dos módulos de batería y una unidad de protección de batería, y está diseñado principalmente para soportar el autoconsumo, reducir las cargas en las horas pico y respaldar las cargas críticas en caso de emergencia.
La segunda opción contará con tres módulos y una capacidad de 12,9 kWh y una potencia nominal de salida de 6.5 kW. Esta puede además cubrir el consumo de dispositivos más exigentes, como las bombas de calor e incluso coches eléctricos, así como también proporcionar cargar de emergencia a los vehículos cuando se haya marchado la luz.
La tercera opción será una batería que llegará a los 17.2 kWh de capacidad, y que permitirá ofrecer un respaldo al consumo medio de una vivienda durante un día completo con una potencia nominal que llega a los 8.5 kW, que llega a picos máximo de 11 kW durante 3 segundos.
Unas baterías que podremos incluso colocar en paralelo como un máximo de dos baterías, lo que nos permitirá contar con hasta 34.4 kWh de capacidad.
El módulo mide 665,2 mm x 665,2 mm x 148,4 mm y pesa 48,9 kg. Todas las configuraciones vienen con una unidad de protección de batería separada que pesa 16,6 kg. El arco de temperaturas de funcionamiento va de -10 C a 50 C.
Unas baterías que se preparan para adoptar una tecnología de litio-ferrofosfato que se ha demostrado como de enorme potencial para unas aplicaciones estacionarias que no sufren en aspectos como su mayor peso o menor capacidad energética, clave en los vehículos pero no en este tipo de baterías. Una química que a cambio ofrece una vida útil mucho más elevada y mayor estabilidad térmica, y que se espera comiencen a llegar al mercado en 2023.