El empresario del mundo del motor y expiloto de F1, Jonathan Palmer, ha desvelado cómo la transición a los coches eléctricos y la conciencia medioambiental han alterado sus planes iniciales para construir un circuito de carreras al norte de Francia.
La empresa MotorSport Vision (MSV), que gestiona varios circuitos en el Reino Unido y organiza eventos deportivos relacionados con el motor, acaba de presentar el que será el primer circuito sostenible y adaptado a los coches eléctricos del mundo.
En 2013, el dueño de MSV, el expiloto de F1 Jonathan Palmer, presentó un ambicioso proyecto para construir el que sería el circuito de carreras para supercars más largo y rápido del Europa. En 2015 adquirió los terrenos de una antigua base aérea en Couvron, al norte de Francia, con una superficie de 500 hectáreas donde tenía previsto llevar a cabo su faraónica obra.
La larga gestación del circuito de Couvron
Sin embargo, con el paso del tiempo los problemas se han ido acumulando para su construcción. El aumento de los costes, las pausas provocadas por la pandemia, el aumento de la conciencia medioambiental y la rápida transición de los coches de combustión a los de propulsión eléctrica han dado un giro radical al espíritu del circuito.
«En 2015, había menos conciencia sobre el cambio climático, pero ahora es una preocupación importante. Cuando nos dimos cuenta de que nuestro proyecto original no era el adecuado, decidimos que era el momento de un nuevo enfoque. El nuevo Eco Circuito Couvron es el resultado», dijo Jonathan Palmer. «Es un nuevo proyecto para un nuevo mundo. Creemos que tenemos una gran oportunidad para ser los líderes mundiales del automovilismo ecológico.»
El nuevo circuito será más corto que el original. Los ocho kilómetros de pista previstos al inicio se quedarán en tres kilómetros cuidadosamente diseñados para adaptarse a los coches eléctricos de carretera, pero que también resultarán atractivos y desafiantes para los superdeportivos y coches de carreras de combustión.
Las modificaciones a la idea original comenzaron hace dos años y ya han conseguido el visto bueno de las autoridades locales. El rediseño del circuito y la instalación de un enorme parque de placas fotovoltaicas alrededor del circuito que genere los 350 MW necesarios para su funcionamiento son los grandes cambios con respecto al diseño original. Se mantienen en el proyecto una sala de exposiciones, un área de recepción de 4.800 metros cuadrados, un aeródromo y un helipuerto.
El comienzo de las obras se llevará a cabo una vez se obtenga la aprobación para instalar el parque fotovoltaico. Según Palmer, el nuevo circuito podría estar en funcionamiento dentro de tres años. Espera que por su situación atraiga a pilotos y conductores no solo de Francia, sino del entorno europeo y especialmente del Reino Unido, que está a dos horas de viaje.
