Desde hace tiempo muchos fabricantes han aludido a las pérdidas que producen los coches eléctricos para reducir su inversión. Ya parte de la historia están las declaraciones de difunto Sergio Marchionne, máximo responsable de FIAT, pidiendo a la gente que no comprase el 500 eléctrico ya que perdían dinero. Ahora los tiempos han cambiado y estas pérdidas se están convirtiendo en ganancias, y con perspectivas como las de Porsche de que se incrementen incluso más allá de las logradas por los modelos gasolina.
Así lo ha indicado el jefe de finanzas de Porsche, Lutz Meschke, que en una reunión con inversores ha indicado que la evolución de los precios de los componentes estaba siendo la adecuada, a pesar de los recientes incrementos. Pero que en dos años, los márgenes de beneficio de los coches eléctricos igualarían a los de combustión.
Incluso avisa de que a partir de ese momento, Porsche podrá incrementar todavía más esos márgenes al tener la posibilidad de elevar el precio de los vehículos, ya que los clientes están dispuestos a pagar más por una nueva tecnología.
Esto traducido a cifras supone según el directivo alemán, que el 16% de margen de beneficio por unidad vendida pueda llegar al 20% a corto plazo, y luego incrementarse más allá.
Entre los objetivos de la marca de Stuttgart está que a finales de esta década, ocho de cada diez coches vendidos sean eléctricos. Una cuota mayoritaria que quieren acompañar como vemos con unos beneficios que sin duda gustarán a los inversores de la marca.
Según el presidente de Porsche, Oliver Blume: “Nuestro objetivo es expandir selectivamente los segmentos de mayor margen y aprovechar las oportunidades de precios de los coches eléctricos”.
Estas palabras buscan también calentar algo la próxima salida a bolsa de la marca alemana que busca financiar su agresiva expansión y transformación, y tratar de sortear con inversión los graves problemas de suministro que amenazan la consecución de estos objetivos de beneficios.
Una Porsche que trabaja en el lanzamiento de nuevas propuestas, pero que se centrarán en los segmentos más altos y con mayor margen debido precisamente a la falta de componentes que hace que tengan que reducir su ritmo de producción. Y como ejemplo el reciente retraso del Macan, que estaba llamado a ser el primer modelo de volumen de Porsche dentro del sector del coche eléctrico. Un anuncio que coincide con el de la llegada de un SUV eléctrico de gran tamaño que se colocará incluso por encima del gigantesco Cayenne.
Pero antes o después Porsche necesita volumen para lograr sacar el máximo partido a su inversión, y aprovechar su mejor posicionamiento en el segmento premium frente a unos rivales como Ferrari o Lamborghini, que se han quedado bastante atrás. Una ventaja que como vemos, puede ser una jugada maestra en cuanto a márgenes de venta para Porsche.