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El fiasco del Toyota bZ4X. Ofrecen devolver el dinero a falta de solución rápida a los tornillos de rueda a la fuga

El lanzamiento estrella de Toyota de 2022 no ha empezado bien. El fabricante detectó que, en circunstancias muy concretas, podían aflojarse los tornillos de las ruedas de los Toyota bZ4X, existiendo el riesgo de que una llanta se aflojase y se produjese un accidente. Mediante el principio de precaución total, se llamaron a revisión todas las unidades en la calle y se interrumpió la entrega de todos los demás.

Y siguen sin encontrarle solución, y eso que Toyota lleva fabricando vehículos 76 años y ha puesto cientos de millones de tornillos solo en las ruedas. Dado que han producido más de 200 millones de vehículos, a cinco por rueda, y sin contar las ruedas de repuesto… más de 4.000 millones de tornillos. Las unidades afectadas son 2.200 para el mercado europeo, 260 para Estados Unidos, 20 para Canadá, 110 para Japón y el resto para mercados asiáticos.

Respecto a sus clientes, Toyota está poniéndose en contacto con los clientes para tratar de encontrar una solución no técnica, al menos en Estados Unidos. Esas soluciones incluyen el reembolso total, incluso de los que ya tienen su bZ4X aparcado en casa, ya que el fabricante ha pedido a sus clientes que no muevan los coches.

Detalle de la rueda delantera de un Toyota bZ4X preserie (A0)

En primer lugar, ofrecen a los propietarios un modelo en régimen de cesión y tener almacenado el bZ4X a coste cero. La cesión incluye el combustible que se gasten utilizándolo, algo relativamente lógico, ya que esos clientes esperaban tener un gasto de gasolina cero. Para aquellos que pagaron el vehículo entero o lo financiaron, 5.000 dólares de crédito para aliviar sus economías.

No solo eso, también les ofrecen gratuidad en las recargas de la red EVgo en todo Estados Unidos hasta el 31 de diciembre de 2024. El reloj de la garantía se ha quedado parado, por lo que desde el día de la «retirada» hasta que el remedio esté disponible no se pierde tiempo. Para todos aquellos que no se encuentren satisfechos con estas soluciones, se les ofrece la recompra total del coche.

Conociendo al público estadounidense, todo esto se hace para evitar no solamente la insatisfacción del cliente, sino demandas. Todo el que tenga el vehículo en un depósito de Toyota no podrá demandar, y tampoco podrán exigir más de lo que ya ofrecen, que ni mucho menos es el trato habitual que da un fabricante a sus clientes. Huelga decir que estas medidas paliativas se pueden comer todo el margen comercial de esos coches, barato no le va a salir a Toyota Motor Sales, USA. Menos mal que han sido pocos coches, si llegan a ser millones, el palo habría sido tremendo para la marca japonesa.

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