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Los sistemas de almacenamiento de flujo reciben un impulso por la inversión de Cummins en VoltStorage

A pesar de que los sistemas de almacenamiento que se están usando en los parques eólicos y solares suelen optar por las baterías de litio, la realidad es que en el mercado hay alternativas mucho más sencillas y económicas que permitirán dar una alternativa de almacenamiento a las energías renovables. Hablamos de las baterías de flujo que esta semana han recibido importantes noticias por la inversión del gigante americano Cummins en la alemana VoltStorage.

Con sede en Múnich, VoltStorage fue fundada en 2016 con el objetivo de desarrollar y producir sistemas de almacenamiento comerciales basados ​​en la tecnología de flujo de vanadio. Una alternativa sostenible ya que no requiere de materiales caros o escasos, como el níquel, cobalto, manganeso o litio, pensado para sistemas renovables, pero también para viviendas privadas, empresas o granjas, donde la densidad energética no sea un aspecto clave como lo es en el transporte.

Una iniciativa que ha llamado la atención de la empresa estadounidense Cummins, que se dedica al diseño, manufactura, distribución, construcción y prestación de servicios para motores diésel, y que ahora busca diversificar su negocio con una inversión en esta empresa de baterías estacionarias con una inversión de 24 millones de dólares.

Gracias a esta inyección, VolStorage podrá continuar con sus trabajos de desarrollo e investigación que además incluyen nuevos avances como una batería de sal de hierro, cuyas propiedades tanto en densidad energética, como sobre todo por su bajo coste y larga vida útil, la hacen particularmente adecuada para garantizar la estabilidad para grandes parques eólicos y solares.

Un sistema cuya composición se basa en dos celdas separadas por una membrana, dotadas de un electrolito enriquecido con cloruro de hierro, a través de las cuales se bombea electrolito líquido en ciclos independientes. Durante la carga o descarga, los iones y electrones se transfieren entre las dos celdas, almacenando o liberando energía en el electrolito. En estado descargado, ambas celdas tienen niveles de oxidación idénticos; la carga conduce a la reducción del electrolito en una media celda y a la oxidación del electrolito en la otra.

La capacidad de la batería depende de la cantidad de hierro en su deposición: una mayor cantidad de hierro conduce a una mayor capacidad. La reacción es totalmente reversible y el hierro se vuelve a disolver en el electrolito durante la descarga.

Sus desarrolladores destacan que esta cuenta con la peculiaridad de poder trabajar en un amplio espectro de temperatura de ambiente, lo que permitirá su instalación en prácticamente cualquier lugar del mundo en una alternativa económica y sostenible que puede ser una excelente alternativa para minimizar las intermitencias de las energías renovables.

Fuente | Cummins

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