Una de las posibles sinergias con el negocio de la recarga de coches eléctricos es con la restauración, el tiempo que emplean los coches para cargar lo pueden aprovechar los conductores para recargarse ellos. Un restaurante Taco Bell de San Francisco (California, EEUU) es el primero de un gran grupo franquiciado en ofrecer recargas rápidas a sus clientes, o a quien pase por allí.
No se trata de cargadores lentos o semirrápidos de uso gratuito, sino una instalación de pago que pretende dar un doble servicio: comida rápida para las personas y recargas de alta potencia para los coches eléctricos. Este primer restaurante electrificado cuenta con 10 puntos de recarga Tritium de ChargeNet Stations, asociados a placas solares fotovoltaicas y un sistema de baterías de respaldo. De esta forma, no se incurre en costes elevados de factura eléctrica.
El restaurante forma parte del grupo franquiciado Diversified Restaurant Group, que lleva 10 años trabajando con Taco Bell. De 30 restaurantes en 2012 han pasado a más de 325 en el país. La ubicación de este restaurante, en El Camino Real, no ha sido casual. Es una zona donde los lugareños no tienen fácil eso de tener una plaza de garaje privada para recargar el coche, dado el astronómico precio de la vivienda.
Sus precios no son tan económicos como estáis pensando. Una recarga que permita recorrer unos 160 kilómetros, en solo 20 minutos enchufados, saldría por unos 20 dólares. Al precio actual de la gasolina regular, 6,09 dólares por galón, con ese dinero se pueden comprar 12 litros, y con un coche de cuatro cilindros hacer 160 kilómetros no suena demasiado difícil con esa cantidad (8 l/100 km o menos).
¿Y se puede comer con ese dinero? Allí, al menos, sí. Según su lista de precios, por 20 dólares se pueden pedir dos menús combo Pollo Chalupa Supreme, incluyendo bebida y taco. Ir allí habitualmente a recargar puede no ser lo más económico en cuanto a la recarga, ni lo más conveniente de cara a mantener una dieta equilibrada, pero ahí está la posibilidad.
La clientela objetivo de Taco Bell ronda los 18 a 34 años, de millenials hacia arriba, que también es una generación más abierta al uso de coches eléctricos que sus padres y abuelos. El grupo restaurador planea hacer lo mismo con otros 120 restaurantes en California. Es una apuesta a largo plazo, ya que el coste de semejante instalación, ultrarrápida, solar y respaldada, es un buen taco de dólares.
