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Rolls-Royce presenta el primer motor de avión alimentado con hidrógeno

En la carrera por conseguir reducir la dependencia y las emisiones de los combustibles fósiles, la industria aeronáutica es una de las últimas fronteras para las tecnologías de cero emisiones. La baja densidad energética de las baterías hace que su implantación sea a muy largo plazo. Es por eso que empresas como Rolls-Royce estén buscando alternativas con combustibles sostenibles y con el hidrógeno.

La división de aviones de Rolls Royce ha presentado una adaptación de uno de sus motores de avión, un Rolls-Royce AE 2100, que ahora utiliza un sistema de chorro de hidrógeno y que ha pasado su primera prueba real.

Según Rolls-Royce, este es el primer motor a reacción impulsado por hidrógeno en una prueba de motor individual en tierra, que supone un primer paso antes de comenzar unos test de vuelo que de momento no tienen fecha de inicio pública.

La empresa ha indicado que el hidrógeno utilizado en la prueba ha sido hidrógeno verde, producido mediante electrólisis con electricidad procedente de fuentes de energía renovables.

Grazia Vittadini, directora de tecnología de Rolls-Royce, dijo: “El éxito de esta prueba de hidrógeno es un hito emocionante. Anunciamos nuestra asociación con EasyJet en julio, y ya hemos tenido un comienzo increíble con este logro histórico. Estamos empujando los límites para descubrir las posibilidades de carbono cero del hidrógeno, lo que podría ayudar a remodelar el futuro de los vuelos”.

Rolls-Royce también explicó que actualmente está explorando muchas otras opciones para la tecnología de motores del futuro, incluidos los motores eléctricos y los motores que utilizan «combustible de aviación sostenible» (SAF)/biocombustible.

Ahora se abre una fase donde Rolls-Royce tendrá que desarrollar un primer prototipo que pueda volar y demostrar que la tecnología está lista para comenzar a ofrecer alternativas de cero emisiones en aquellos vuelos donde las baterías no puedan llegar.

Eso si, por delante tiene grandes retos ya que además de diseñar un sistema fiable, también necesita desarrollar soluciones de almacenamiento a gran escala y seguros para un hidrógeno que no es un vector precisamente fácil de acumular.

Luego estará también el reto de lograr hacerse con el hidrógeno a un precio razonable. Y es que el coste de este será una de las claves de su desarrollo comercial más allá de los experimentos puntuales. Un coste que está bajando con el paso del tiempo pero todavía con mucho recorrido por delante para conseguir acercarse a los combustibles tradicionales.

Fuente | Rolls Royce

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