Solo se puede catalogar de realmente lamentables las cifras de ventas de coches eléctricos en España el pasado 2022. Un año donde el mercado general ha caído, lo que debería permitir al menos maquillar algo la cuota de ventas. Pero las nefastas políticas públicas y el incremento de precios, así como los largos plazos de entrega, han enterrado cualquier posibilidad, convirtiendo a España en uno de los miembros del vagón de cola en cuanto a implantación.
Los datos son claros. El pasado año se han matriculado en España un total de 813.396 coches, lo que supone un descenso del 5.4% respecto al 2021. Un descenso que no ha sido compensado por los coches eléctricos que se han estancado en cuanto a ventas.
En 2022, nuestro país matriculó apenas 31.388 turismos eléctricos. Un 31% más que el año anterior, pero un crecimiento que mantiene la cuota de ventas en apenas el 3.86%. Una cifra realmente mala en un momento donde nuestros vecinos europeos ya han superado de largo el 10% de cuota de ventas.
Por ejemplo, ya tenemos los datos de ventas de Alemania. Un mercado mucho más grande que España y donde el pasado año se han matriculado un total de 2.65 millones de coches, lo que les ha permitido evitar los números rojos por muy poco, con un crecimiento del 1.1%.
Esto tiene su explicación en el fuerte crecimiento de los vehículos electrificados. Híbridos, híbridos enchufables y eléctricos puros. Tres pilares que han permitido amortiguar el descenso de las motorizaciones diésel y gasolina, que continúan cayendo en ventas, con un 11.2% menos para los gasolina, y un 9.9% menos para los diésel.
Por su parte los híbridos no enchufables han llegado a las 827.321 unidades, un 9,6% más que el año anterior, ocupando el 31.2% de cuota de ventas. Los híbridos enchufables también han crecido, cerrando el año con 362.093 unidades y un 11,3% más.
En cuanto a los coches eléctricos puros, estos han conseguido alcanzar un nuevo récord para Alemania, con 470.559 unidades matriculadas en 2022, y un crecimiento del 32.2%, logrando una cuota de mercado del 17.7%.
Esto quiere decir que Alemania con un mercado 3 veces mayor que el español por número de ventas, ha matriculado 15 veces más coches eléctricos que nosotros. Una señal alta y clara de que no sólo la cuestión de la renta per cápita o la red de recarga tiene que ver.
También hay un fuerte componente público, con dos formatos de ayudas similares pero con enormes diferencias a la hora de su aplicación. Y es que en España el sistema está fuertemente burocratizado, necesitando los fondos pasar por dos o hasta tres administraciones, lo que supone que los clientes deban esperar meses o años antes de recibir la ayuda. Estando ya en 2023, todavía hay clientes aguardando la transferencia de su ayuda de 2020.
Una vergüenza que choca con las apenas 4 a 6 semanas que necesita un alemán para cobrar su ayuda, que además puede ver como la cantidad en 2022 llegaba a los 6.000 euros, entre la ayuda del gobierno y la aportación del fabricante, frente a los 4.500 euros de España.
El resultado es que un país fuertemente dependiente energéticamente como España, con un enorme potencial renovable donde el pasado año las fuentes limpias han ocupado el 42.2% de la producción, y con vistas de disparar su cuota en los próximos años, sigue optando por mantener una flota de vehículos privados y de transporte casi exclusivamente con motor de combustión, con el riesgo sistémico que esto supone de cara a unos próximos años donde los combustibles amenazan con ser cada vez más escasos y costosos, además de seguir siendo una fuente de contaminación y enfermedades pulmonares.
