Uno de los próximos lanzamientos de Mitsubishi viene acompañado de buenas y malas noticias. Se trata del anuncio del inicio de la producción del Minicab-MiEV. Una pequeña furgoneta eléctrica que está pensada para labores de reparto de última milla que se quiere posicionar como una alternativa sencilla y funcional.
Este modelo se basará en los populares kei-cars japoneses, que buscan ofrecer el máximo espacio interior en el mínimo tamaño posible, siendo en este caso un modelo con unas medidas de 3.395 mm de largo, a pesar de lo cual en la versión de dos plazas, logra contar con una zona de carga con 1.426 litros de capacidad.
No es un modelo nuevo en ningún sentido ya que lleva vendiéndose en Japón desde 2011. La novedad es que por primera vez, este modelo comenzará su producción fuera de su país natal, y de esa manera Mitsubishi ha confirmado la puesta en marcha de una fábrica en Indonesia, que dará trabajo a 3.300 personas, será levantada en 2023, y contará con una capacidad anual de 220.000 unidades de este modelo.
La mala noticia es precisamente que este Minicab-MiEV no es una novedad tecnológica en ningún sentido. Mitsubishi en su momento ha trasplantado el sistema del conocido i-MiEV, del que posteriormente nacieron los «europeos» Citroën C-Zero y Peugeot iOn.
Esto significa fabricar un modelo eléctrico que cuando comience su producción en la nueva fábrica, habrá cumplido nada menos que 15 años.
Así es el económico Mitsubishi Minicab-MiEV
El resultado será un Minicab-MiEV dotado de un pequeño motor eléctrico de 30 kW (40 CV) y un par motor de 196 Nm. La batería por su parte podrá tener dos capacidades, una de 10.5 kWh que le proporcionan hasta 100 km de autonomía homologada, y por otro lado tienen la batería original de 16 kWh, que según Mitsubishi le permiten llegar a los 150 km de autonomía. Un modelo que debería tener el mismo sistema de carga del i-MiEV, que contaba con carga rápida a 40 kW con el formato CHAdeMO.
Una batería que se localiza en los bajos del vehículo, lo que además de un centro de gravedad más bajo, libera totalmente la zona de carga que se mantiene intacta.
En Japón este modelo se vende antes de incentivos públicos en 1.7 millones de yenes, que al cambio son algo menos de 12.000 euros.
Un coste razonable para un modelo veterano, pero que puede convertirse en una poderosa herramienta para las labores de reparto en ciudad, y hacerlo con un precio muy competitivo gracias a que su desarrollo está largamente amortizado.
¿Tendría su sitio este modelo en Europa?
