Durante el primer trimestre de 2023, la división de vehículos eléctricos de Ford registró unas pérdidas operativas de 700 millones de dólares. Dicho de otra forma, la compañía norteamericana perdió aproximadamente 58.333 dólares por cada coche eléctrico que vendió, una situación que evidencia las dificultades que están atravesando la mayoría de fabricantes tradicionales a la hora de pasarse a la electromovilidad.
La firma del óvalo se encuentra actualmente en plena reestructuración a nivel internacional. Mientras que en Europa apostará por una gama «más estadounidense», cara y rentable (lo que supondrá la desaparición de bestsellers como el Fiesta o el Focus), en China reducirá su presencia debido a la cada vez mayor competencia de los grupos locales.
Para asegurarse un margen de beneficio saludable, Ford llevará a cabo una importante reducción de costes en sus futuros modelos eléctricos. De acuerdo con Jim Farley, CEO de la marca, esto pasará por utilizar baterías de tamaño «adecuado», ya que en su opinión, los coches eléctricos de gran autonomía no son rentables debido al uso de packs de gran capacidad.
«Todo lo que escucho son esos anuncios de autonomías de 450 millas [724 km], 500 millas [805 km]… Esas baterías son enormes; si tienes baterías así, no puedes ganar dinero. No estamos apuntando a un alcance de 600 millas [966 km]… Estamos tratando de construir la batería más pequeña posible para [lograr] una autonomía competitiva«, afirma el ejecutivo.
Ford apostará por la asequible química LFP
Con el objetivo de rebajar el coste de sus celdas a menos de 70 dólares el kWh, Ford apostará con decisión por la popular química LFP (litio-ferrofosfato), una tecnología que ya está presente en algunas versiones del exitoso Mustang Mach-E. Por lo tanto, es posible que veamos baterías de este tipo en algunos de sus futuros eléctricos de acceso, véase los Puma y Courier.
Ford también tratará de reducir costes mediante el uso de grandes piezas de fundición en el bastidor de sus automóviles, una solución popularizada por Tesla y adoptada con gran rapidez por algunos fabricantes chinos que cada vez tiene más aceptación dentro de la industria, pues simplifica y agiliza enormemente el proceso de producción.
Por último, pero no por ello menos importante, Ford diseñará vehículos más aerodinámicos y por lo tanto más eficientes, lo que a su vez le permitirá emplear baterías más pequeñas. Farley señala que esto podría traducirse en unos ahorros de miles de dólares en baterías.
Fuente | ecomento
