Prueba Vakole CO26. Una fat bike eléctrica todoterreno

El mercado de las bicis eléctricas es enormemente amplio. Desde pequeños modelos de rueda de 20 pulgadas, o menos, hasta grandes modelos con rueda de 29 pulgadas. En este caso vamos a analizar un modelo que se coloca en la parte alta por diseño, tamaño y capacidades. La Vakole CO26. Una fat bike pensada para moverse por los terrenos más complejos.

Lo primero que llama la atención es su aspecto. Un diseño agresivo y robusto que nos recuerda a un verdadero SUV sobre dos ruedas. Algo que se traduce en que estamos ante una bici bastante alta a pesar de montar unas llantas de 26 pulgadas.

Un modelo dotado de un cuadro de aluminio que a primera vista parece contar con unas soldaduras de un elevado nivel de acabados, y donde encontramos elementos como doble suspensión, con un muelle central y una horquilla delantera. Esta última con regulador y posibilidad de bloqueo.

Sin duda las ruedas son las protagonistas. Estas están dotadas de neumáticos CST de 4 pulgadas de grosor. Algo que junto con la suspensión, el cómodo sillín, y una posición elevada, hace que moverse en la bici sea bastante cómodo. Eso si, unas ruedas con un gran agarre, perfecto para caminos de tierra o nieve, que hace que maniobrar en pequeños espacios sea algo más complicado.

Entre su equipamiento destacamos una pantalla LED, que como viene siendo habitual cuenta con un atractivo panel de color, pero que cuando le da un poco el sol deja de verse casi por completo. Una falta de brillo que le perjudica cuando nos movemos en días soleados.

Encontramos también un cambio Shimano de 7 velocidades, que son más que suficientes para movernos en este tipo de bicis con apoyo de un motor. También cuenta con claxon, e incluso posibilidad de instalar un acelerador si vamos a usarla fuera de la vía pública, como en un recinto privado.

También cuenta con un potente foco LED delantero, que ilumina con intensidad nuestro recorrido. Este se alimenta de la batería, algo que por desgracia no hace la luz integrada en el sillón, para la parte trasera, que funciona con una pila de botón. Además, para conectarla, tendremos que pulsar un pequeño botón bajo el asiento.

Destacar el rack trasero, que viene de serie, y que cuenta con certificación para soportar hasta 50 kilos de peso. Algo que nos facilitará el transporte de algo de compra, e incluso añadir un asiento para los niños con total seguridad.

En el aspecto mecánico, nos encontramos con un motor de 250W, que nos impulsa hasta una velocidad máxima de 25 km/h. Como en el caso del acelerador, en caso de usar la bici en un recinto privado podremos desbloquear la potencia máxima de la bici, 750W, y los 30 km/h de velocidad máxima.

El apoyo del motor es bastante robusto, contando con hasta cinco niveles de potencia. Decir que en los niveles cuatro y cinco, la aceleración es algo brusca, por lo que debemos tener cuidado si nos vamos a mover entre el tráfico. Luego el apoyo tampoco es constante, y notamos que de vez en cuando el motor pierde ligeramente algo de empuje, para recuperarlo a los pocos metros. Algo que puede tener que ver con la imprecisión del sistema de asistente al pedaleo. Pero como el acelerador no se puede usar, tendremos que acostumbrarnos.

La batería por su parte es un gran pack de 48V y 15 Ah, que según el fabricante le otorgan una autonomía de entre 40 y 60 kilómetros usando exclusivamente el modo eléctrico. En caso de ayudar algo con el pedaleo, la cifra puede llegar a los 100 kilómetros.

Nosotros hemos hecho una prueba, ya que normalmente las cifras de los fabricantes suelen ser muy optimistas. Un test que como es habitual hacemos en nuestra ciudad, Santiago de Compostela, que se caracteriza por sus constantes subidas y bajadas. Un perfil complejo donde hemos usado en todo momento el máximo novel de apoyo, el nivel 5, hemos apoyado lo mínimo al pedaleo, y donde hemos podido recorrer 55 kilómetros, y con todavía algo de carga en la batería.

Posiblemente con una conducción mixta, o en una zona más llana, podríamos llegar sin problemas a los 65 o 70 kilómetros con una sola carga. 

Vakole CO26: lo mejor y lo peor

Entre lo mejor de la Vakole CO26 está su comodidad de conducción. Es una bici con buena suspensión y unos neumáticos anchos que absorben también parte de las imperfecciones. La posición de pedaleo también es muy natural y cómoda, lo que hace que los kilómetros se pasen más fácilmente.

El potente motor, que nos permite remontan cuestas pronunciadas sin problemas, y su amplia batería, un pack que podremos extraer, también completan la propuesta.

Entre lo negativo tal vez tendríamos que apuntar el elevado peso de la bici. Son 30 kilos netos, y 37 kilos brutos. Una cifra bastante elevada que hace que subirla a un piso, o a un remolque, sea una tarea complicada sin ayuda. Un peso que también se nota en la frenada, que se hace algo menos eficiente a pesar de las ruedas anchas.

También anotar el tema de la pantalla, que no tiene sentido hacerla en un atractivo panel de color, si al salir a la calle apenas se va a ver, cuando sería mucho más efectivo una pantalla LCD convencional. La luz trasera se añade a los peros, ya que no se alimenta de la batería, y provocará que tengamos que estar cambiando la pila cada cierto tiempo.

Un modelo polivalente que está disponible para su compra con un precio de 1.399 euros.

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