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Nuestra vecina Portugal nos muestra el camino hacia el coche eléctrico y España sigue atascada

El último Barómetro de Electromovilidad publicado por ANFAC, la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones en España, vuelve a poner el acento en el retraso que llevamos en nuestro país en materia de electrificación. La brecha entre España y Europa volvió a crecer en el segundo trimestre del año.

Este estudio, que analizamos cada tres meses, nos muestra diferentes apartados clave para entender el avance de nuestro mercado y nuestras carreteras en clave eléctrica. Por ejemplo, el indicador global de electromovilidad, que valora la penetración de los vehículos electrificados y la instalación de puntos de recarga públicos con respecto a los objetivos para el 2030, muestra una puntuación de 12 sobre 100 para España, lejos de los 25 puntos de la media europea.

Mientras que la situación avanza en España, lo hace a un ritmo demasiado lento: este indicador ha crecido 1 punto en este segundo semestre del año, mientras que la media europea (que tampoco despega) lo hace en 1,5 puntos. Nuestro país sigue ocupando los últimos puestos de los rankings del Barómetro, al nivel de países como Italia o Hungría, y a más del doble de distancia de otros países que superan la media europea, como nuestros vecinos franceses o portugueses.

Así evoluciona el indicador global de electromovilidad en Europa, con España de nuevo a la cola. Gráfico: ANFAC.

Resulta especialmente llamativo este último caso, ya que todos sabemos la enorme fuerza automovilística que tiene Francia, con fabricantes tan potentes como Peugeot, Citroën, Renault o DS. Sin embargo, no sucede lo mismo con Portugal y el país luso es uno de los mejores ejemplos de cómo ir transformándose en pos del vehículo eléctrico.

ANFAC destaca las políticas llevadas a cabo en nuestro país vecino, centrada principalmente en una «fiscalidad orientada a incentivar la adquisición de este tipo de vehículos, especialmente para las empresas, y de un sistema de información y despliegue rápido y eficiente para el desarrollo de infraestructura de carretera». Hasta el punto, que Portugal tiene una puntuación de 39,2 tras el segundo trimestre, con un incremento de 2,6 puntos. Solo los Países Bajos, otro ejemplo espectacular de cómo realizar la transición hacia la movilidad eléctrica, crecen más que los portugueses.

En lo que a infraestructura de recarga de acceso público, no solo España está para no lanzar cohetes. Nuestro país apenas ha crecido 6 décimas de punto en el segundo semestre, llegando a los 5,1 puntos de nota, cuando la media europea está en 11,2 y los países que lideran el ranking están muy, muy lejos: 66,7 en Países Bajos y 54,5 en Noruega. Portugal, en este caso, crece 1 punto más, por encima de la media europea, si bien sus 8,3 puntos están todavía lejos también del Reino Unido (10,5), Alemania (11,8) o Francia (15,7).

“España avanza hacia la electrificación, pero no al ritmo necesario para cumplir con los objetivos exigidos. Las marcas de automoción están cumpliendo con su parte, sacando al mercado más de 200 modelos electrificados y con el anuncio de una total renovación hacia la electrificación de sus modelos para los próximos años», afirma José López-Tafall, director general de ANFAC.

España avanza a un ritmo muy lento en lo que a infraestructura de recarga, pero Europa tampoco avanza muy rápido. Gráfico: ANFAC.

España, muy lejos de los objetivos de Europa

Según datos del último Barómetro de Electromovilidad de ANFAC, en España se han matriculado 55.544 turismos electrificados, sumando eléctricos puros e híbridos enchufables, durante el primer semestre del 2023, lo que demuestra estar muy lejos del objetivo marcado por Bruselas para cumplir con las exigencias de reducción de emisiones, que marca la meta de las 190.000 ventas.

Por otra parte, en lo que va de año se han instalado 4.632 nuevos puntos de recarga públicos, lo que eleva la cifra en España hasta los 22.760 puntos, también muy lejos del objetivo de 45.000 marcado por Europa. Y dos datos más preocupantes: el 73% de los nuevos puntos de recarga apenas llegan a los 22 kW de potencia; solo el 4% de toda la red de recarga pública en nuestro país tiene una potencia superior a 150 kW.

Además, 6.475 puntos están fuera de servicio, lo que es una muestra de la falta de mantenimiento en las estaciones de recarga, así como de las dificultades administrativas que tenemos en España para la instalación y puesta en marcha de estas instalaciones.

«Es necesario que durante la próxima legislatura se actúe tanto en la mejora de la eficiencia del Plan MOVES con ayudas directas en el momento de la compra, como en la simplificación de los trámites para la instalación de puntos de recarga, especialmente los de alta potencia. Sin olvidar que la fiscalidad, como está demostrando el éxito de ventas de los electrificados en empresas en Portugal, es una importante palanca para impulsar la penetración en el mercado de este tipo de vehículos», rematan desde ANFAC.

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