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La increíble historia de los Tesla accidentados en Norteamérica que resucitan en Ucrania

A principios de este año, un mecánico residente en la localidad canadiense de Vancouver tuvo un accidente a los mandos de su Tesla Model Y. Una unidad que sufrió importantes daños y que fue dada por siniestro total. Pero unos meses después de entregar el coche en el desguace, el propietario recibió un aviso en su móvil de que el coche estaba en Ucrania, y necesitaba una actualización.

Esto llamó su atención, sobre todo después de recordar el parte «médico» del accidente, donde se anotaron graves desperfectos como en la estructura, las ruedas, e incluso con fugas en el líquido refrigerante de la batería.

Pero unos meses después de despedirse de su unidad, pudo ver en la aplicación de Tesla que el coche estaba funcionando, con más autonomía en su marcador, y además estaba localizado en Uman, una ciudad en el Óblast de Cherkasy en Ucrania.

El antiguo propietario ha visto como la aplicación le indicó posteriormente que el coche había entrado en modo de reparación. Algo que le indicaba que el vehículo estaba siendo reparado por técnicos ucranianos.

El propietario avisó a la revista Wired, que rastreó el vehículo, y pudo ver como esta unidad había sido vendida en un portal de coches de desguace, y había sido adquirida por un mecánico de Ucrania que además de reparar su exterior, y su batería, añadió mejoras como unas lunas tintadas, espejos retrovisores negros. Listo para volver a la carretera.

Parece un caso anecdótico. Pero según los datos, en 2021, Ucrania fue uno de los tres principales destinos para los coches usados exportados desde Estados Unidos, muy cerca de Nigeria y los Emiratos Árabes Unidos.

La clave de todo es que los mecánicos ucranianos tienen los conocimientos y la motivación para afrontar unos complejos trabajos que los mecánicos norteamericanos y europeos no quieren afrontar. A esto se añade que los desguaces occidentales tampoco tienen conocimientos ni saben sacar partido a los componentes de los coches eléctricos, lo que da como resultado que la exportación sea la opción más popular y sencilla para ellos.

Algunos mecánicos ucranianos se han convertido en verdaderos especialistas en reparar coches eléctricos, lo que ha permitido florecer una verdadera industria del «reciclado» de coches en la región. Algo que ha tenido como consecuencia que las ventas de coches eléctricos de Ucrania, con un 9%, igualen a las de los Estados Unidos, y dupliquen a los de sus vecinos más cercanos. Y eso a pesar de ser un país en plena guerra.

Entre los motivos que esgrimen algunos propietarios para adquirir uno de estos vehículos, con el riesgo que supone siempre un coche procedente de un accidente, es el menor coste de compra, y el menor coste mensual.

Un ejemplo es el de Roman Tyschenko, un informático de 25 años que vive en Kiev, que el pasado mes de septiembre decidió que estaba harto de la factura de gasolina de su Jeep, 400 euros al mes, y se decidió por la compra de un Tesla Model Y Performance accidentado, que le costó 24.000 dólares.

Cinco meses después, Roman recibió su coche en el puerto de Klaipėda, en Lituania, en el mar Báltico, desde donde lo envió a un taller cerca de Kiev. Un taller que comenzó un proceso de reparación que duró varios meses, y que ha tenido un coste total de 25.000 dólares.

Un caso que nos muestra como los coches eléctricos accidentados pueden volver a la vida, con un coste, pero también los riesgos de esta alternativa, y es que a los pocos meses la batería del Model Y dejó de funcionar. El coste, 4.000 euros por una restaurada.

A cambio, Roman conduce un flamante Model Y Performance por Kiev, y su factura energética mensual ha bajado a entre 10 y 100 dólares, según si carga en casa o en las redes públicas.

No es el único modelo que los ucranianos importan, siendo el Nissan LEAF el modelo más popular, seguido del Volkswagen ID.4 y el veterano, a la vez que económico, Volkswagen e-Golf. Un listado donde también encontramos al Renault ZOE, Audi e-tron, Hyundai Kona..etc.

Algo que está dando como resultado una situación que nos suena en Europa, pero al revés, siendo los ricos los que conducen coches de combustión, y los menos adinerados los que acudan a los coches eléctricos buscando una alternativa a unas gasolinas que han disparado sus precios desde la invasión rusa.

Un éxito de la industria de la reparación de coches eléctricos en Ucrania, que pone sobre la mesa el fracaso de las aseguradoras y fabricantes en Norteamérica y Europa a la hora de afrontar la operación de volver a la vida un coche eléctrico después de un accidente, y que suele solucionarse por la vía más fácil, pero también la menos sostenible.

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