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Tesla libera la versión V12 del FSD, que apostará por las redes neuronales para la conducción autónoma

Hace unas horas, Tesla ha comenzado a liberar la última versión de su sistema de conducción autónoma. La V12. Un importante hito que supone un cambio en la forma en la que el vehículo interpretará lo que le rodea, dejando atrás cientos de miles de líneas de código para apostar por las redes neuronales.

Este salto evolutivo, confirmado por el propio Elon Musk, es para muchos el más importante hasta el momento para el sistema FSD, y está siendo activado en un primer momento solo por la flota de coches en manos de los empleados de la propia Tesla.

Uno de los retos de esta V12 será el retirar el apelativo de «Beta» de esta tecnología, que no ha parado de evolucionar en los últimos años, pero que ahora se prepara para dar un salto adelante sin precedentes de la mano de la inteligencia artificial.

Tesla ha aplicado investigación para entrenar redes neuronales profundas en una amplia gama de problemas, desde la percepción hasta el control. Aspectos fundamentales para capacidades como la segmentación semántica, la detección de objetos y la estimación de la profundidad monocular en la conducción autónoma.

Tesla, por ejemplo, analiza el video procedente de todas las cámaras para proporcionar una visión en tiempo real del diseño de la carretera, la infraestructura estática y los objetos 3D en una vista de arriba hacia abajo.

Además, estas redes aprenden de los escenarios más complejos y diversos extraídos de la flota de millones de vehículos en tiempo real.

Un aspecto destacado es que Tesla ha desarrollado un conjunto impresionante de 48 redes neuronales de Autopilot, que requieren 70,000 horas de GPU para entrenarse, que generan 1,000 tensores distintos (predicciones) proporcionando un nivel de precisión y capacidad de respuesta sin precedentes en la industria.

Tesla es también pionera en el desarrollo de algoritmos avanzados que permiten la operación autónoma de sus vehículos. Estos algoritmos se basan en la creación de representaciones de alta calidad de lo que rodea a los coches, y en la planificación de trayectorias en ese espacio.

Una alternativa que se estima elimina más de 300.000 líneas de código del sistema de conducción autónoma, y que permitirá mejorar el rendimiento en diferentes escenarios. 

Queda por ver si Tesla también aplica estas mejoras al Autopilot básico, aquejado en las últimas actualizaciones de fallos como las viejas y molestas frenadas fantasma, que deberían desaparecer.

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