Los ladrones de cobre tienen un nuevo objetivo en España, los cargadores de coches eléctricos
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Publicado: 11/06/2024 10:17
El robo de cobre en los últimos años se ha convertido en un serio problema llevado a escala mundial, motivado en gran parte por las fluctuaciones que va sufriendo su precio, tanto en el mercado legal como en el mercado negro. Solo en España, por ejemplo, se perpetra un robo cada hora de media de este material estratégico.
Se trata de un negocio millonario que trae de cabeza a la gran mayoría de cuerpos policiales del mundo, que incluso ofrecen recompensas por dar pistas sobre estos ladrones, entre los que ya se encuentran incluso mafias internacionales.
Lo más habitual en los últimos años ha sido ver robos de cobre en los tendidos eléctricos, sobre todo en las catenarias de las líneas de ferrocarril, pero también en transformadores y subestaciones, líneas telefónicas, grupos electrógenos… En las zonas rurales, donde la vigilancia es más complicada, el problema se agrava aún más. Ahora, los ladrones parecen tener un nuevo objetivo favorito: los cargadores para coches eléctricos.
Y de la misma forma que sucede con todo lo anterior, los cacos buscan aquellos puntos de recarga donde hay una vigilancia mucho menor: con una sierra y en escasos minutos, se acercan al punto de carga y cortan la manguera que se conecta al vehículo eléctrico para cargar su batería. A diferencia de otros lugares donde roban el cobre, los ladrones tienen la mayor seguridad de que cuando el cargador está inutilizado no corren el riesgo de electrocutarse.
Lo llamativo es el botín que se llevan en realidad los ladrones en el mercado negro en comparación con el ‘roto’ que provocan con sus robos. Por ejemplo, reparar un cargador ultrarrápido le puede salir a su dueño por unos 8.000 euros, cuando la venta de ese cobre apenas puede reportarles unos 15 euros. Así lo asegura Ferrán Menescal, responsable de ventas de Kempower para Vozpopuli.
El problema añadido para los operadores es que, aparte del coste de reparación, se debe tener en cuenta lo que se deja de ingresar al dejar inoperativos estos puntos de recarga en instalaciones que pueden tener una inversión de hasta 100.000 euros. También se están produciendo robos, aunque a menor escala, en los cargadores domésticos de los garajes comunitarios. En este caso, el estropicio para el propietario suele costarle unos 400 euros como mínimo.
Esta oleada de robos en puntos de carga para coches eléctricos se está cebando especialmente con aquellos que están menos vigilados o que están más escondidos: en autovías o zonas poco transitadas. Repsol, por ejemplo, es el mejor ejemplo de todo lo contrario, ya que solo han sufrido un robo de estas características en los más de 2.000 puntos de recarga que tienen en España.
El robo generalizado de cobre en España está teniendo una mayor repercusión, sobre todo, con Cataluña. Según el Sindicato Español de Maquinistas, el 53% de los robos en vías de tren se producen en la región catalana, donde hay poca vigilancia en este sentido.