Los fabricantes y concesionarios alemanes tienen más de 100.000 coches eléctricos en stock, y no saben qué hacer con ellos
4 min. lectura
Publicado: 17/08/2024 12:05
El final del programa de ayudas del gobierno de Alemania, así como los mensajes contradictorios de sus marcas, ha llevado a las ventas de coches eléctricos a caer con fuerza en este 2024, lo que sumado con la desconfianza de los clientes, y la llegada de miles de unidades procedentes de los programas de leasing, ha provocado que el stock de coches fabricados se amontone en concesionarios, fábricas y puertos, esperando a que «un milagro» les encuentre destino.
En mayo se matricularon en Alemania 29.700 coches eléctricos. Esto representa una caída del 31% respecto al mismo periodo del año anterior. Una dinámica negativa que está empezando a afectar a una industria que empieza a sentir el frío de la depresión de la demanda.
Un dato pone sobre la mesa la magnitud del problema. Según las estimaciones del principal diario económico de Alemania, Handelsblatt, el stock de coches eléctricos sin vender habría alcanzado las 100.000 unidades.
Unos coches suponen una sobreproducción, que provoca altos costes y obliga a los fabricantes a ofrecer descuentos para reducir el inventario, con el impacto directo en el margen de beneficio que cae, o directamente desaparece.
La exportación como salida y sus límites
Aunque las exportaciones de coches eléctricos desde Alemania aumentaron un 58% el año pasado, este aumento no puede resolver todos los problemas de la industria. En 2023 se exportaron 786.000 vehículos eléctricos por un valor de 36.000 millones de euros, lo que demuestra que uno de cada cuatro coches nuevos producidos en Alemania se vendió en el extranjero. A pesar de esto, la demanda interna sigue siendo débil, lo que aumenta la carga financiera para los fabricantes.
Entre los impactos de este debilitamiento están las inversiones en la red de carga. Según un estudio del Ministerio de Transporte, unas ventas de coches eléctricos más débiles supondrá menor necesidad de estaciones de carga para 2030 de lo que se suponía originalmente. En lugar de los 15 millones de coches eléctricos previstos inicialmente, el estudio supone ahora sólo 13,4 millones. En consecuencia, el número de puntos de recarga públicos necesarios se corregirá de 380.000 a 680.000, frente al objetivo original de un millón de puntos.
Esto tendrá su impacto económico, ya que supondrá menos inversión y menos creación de puestos de trabajo respecto a los planes iniciales.
Según los expertos, para salir de esta dinámica negativa, Alemania necesita reforzar la confianza de los consumidores en la movilidad eléctrica para que vuelva a aumentar la demanda. Por ello, la Asociación Internacional de Fabricantes de Vehículos de Motor pide más estaciones de carga y precios de electricidad más baratos.
Pero muchas voces indican que lo que realmente necesita el mercado son dos cosas: estabilidad del mercado evitando turbulencias que afecten a la conducta de compra de los clientes, y precios más bajos, que aumenten el arco de consumidores de coches eléctricos, tal como ha sucedido en China.