
Después de no apostar por el coche eléctrico, Audi tiene que despedir a 7.500 trabajadores en Europa. Y es solo el principio
Audi eliminará hasta 7.500 empleos en Alemania antes de 2029 para reducir costos, mientras invierte 8.000 millones de euros en electrificación. La caída en la demanda de vehículos eléctricos y la reestructuración del Grupo Volkswagen afectan a miles de trabajadores.

Audi ha anunciado que eliminará hasta 7.500 puestos de trabajo en Alemania de aquí a 2029 como parte de una estrategia para reducir costes y mejorar su eficiencia. La empresa espera ahorrar 1.000 millones de euros anuales a medio plazo con estas medidas que llegan en un momento donde las ventas de sus coches eléctricos han caído, superados por rivales alemanes y foráneos, que dibujan un panorama a corto y medio plazo muy negativo.
Audi ha justificado estos recortes debido a las crecientes dificultades económicas, la fuerte competencia en el sector y la incertidumbre política a nivel global. La demanda europea de coches eléctricos ha caído significativamente el año pasado, afectando principalmente a la industria automotriz europea. En noviembre, el director de Ford en el Reino Unido advirtió que la industria británica se enfrenta a una crisis por la falta de demanda.
Pese a los recortes, Audi invertirá 8.000 millones de euros en sus plantas alemanas durante los próximos cuatro años. En su fábrica de Ingolstadt, la compañía planea producir un nuevo modelo eléctrico de acceso, mientras que estudia la posibilidad de fabricar otro en su planta de Neckarsulm. Esta decisión busca tranquilizar a los representantes sindicales alemanes, preocupados por la deslocalización de la producción de coches eléctricos hacia países con costes más bajos.
Reestructuración y despidos en el Grupo Volkswagen

Estos recortes en Audi se suman a los despidos masivos dentro del Grupo Volkswagen, que ya acumula cerca de 48.000 puestos de trabajo eliminados. Volkswagen implementó recientemente un plan de reducción de costos que afectará a unos 35.000 empleados. Porsche, también parte del grupo, eliminará 3.900 puestos, mientras que la división de software Cariad despedirá a 1.600 trabajadores.
En los últimos años, Audi ha enfrentado dificultades financieras, con un margen operativo que cayó al 4,5% en los primeros nueve meses de 2024, comparado con el 7% del mismo periodo del año anterior. La débil demanda en mercados clave y el cierre de su fábrica en Bruselas han contribuido a esta situación.

En 2024, Audi cerró su fábrica en Bruselas, dejando sin empleo a 3.000 trabajadores. Esta planta, considerada la «cuna» de la movilidad eléctrica de la marca, había sido reconvertida en 2018 para producir exclusivamente el Q8 e-tron. Sin embargo, la caída en la demanda de SUVs eléctricos de alta gama, y los altos costes de producción, llevaron a la empresa a tomar la decisión de cerrarla.
El cierre provocó protestas y huelgas prolongadas, con trabajadores que acusaron a Audi de haber sido demasiado lenta en la transición hacia la movilidad eléctrica y de apostar por modelos excesivamente caros.
Skoda también anuncia recortes

El impacto de la transición hacia los vehículos eléctricos no afecta solo a Audi. Skoda, otra marca del Grupo Volkswagen, también ha anunciado recortes drásticos para afrontar los altos costos de la electrificación. Su CEO, Klaus Zellmer, ha afirmado que los despidos se realizarán a través de la fluctuación natural de empleados.
La industria automotriz europea enfrenta un desafío sin precedentes, provocado en parte por la miopía galopante de los directivos que han manejado el barco de forma tradicional en una nueva era digital, dejando sus productos desfasados incluso antes de salir a la venta, y con unos precios muy por encima de la realidad comercial.
Marcas históricas como Audi, Volkswagen y Skoda buscan equilibrar su transición hacia la electrificación sin comprometer su estabilidad financiera ni su fuerza laboral, en un entorno cada vez más complejo, con los grupos chinos extendiendo sus redes de ventas y de servicio técnico, y ultimando sus fábricas en suelo europeo que les permitirán aumentar su producción y sortear las trampas a las cartas de los aranceles.