
Así es el Aspark Owl Roadster, el hiperdeportivo roadster eléctrico que acelera de 0 a 300 km/h en menos de 10 segundos
Si el Aspark Owl nos sorprendió por su apariencia y por sus prestaciones estratosféricas, espérate a conocer la nueva versión sin techo. El nuevo Owl Roadster llega con las mismas intenciones que el primero, ser uno de los hiperdeportivos más veloces del planeta.

Hace más de un lustro, llegó a nuestros oídos el nombre de un hiperdeportivo japonés con tecnología eléctrica pura que quería hacer historia. Se trataba del Aspark Owl, una bestia eléctrica de 2.000 CV de potencia del que tan solo se fabricaron medio centenar de unidades, a razón de unos 3 millones de euros cada una.
Una vez finalizada la creación de estas pocas unidades, los japoneses ahora vuelven a atacar con una versión descapotable. El nuevo Aspark Owl Roadster vuelve a dejarnos sin aliento, pero ahora a cielo abierto. Esta novedosa configuración descapotable también se venderá como edición limitada: tan solo 20 unidades están planificadas, con unas características que le hacen aún más atractivo y, sobre todo, exclusivo.

El Aspark Owl Roadster se basa en la misma mecánica eléctrica de la versión coupé, lo que vuelve a garantizar unas prestaciones de vértigo. El hiperdeportivo roadster japonés, el primero de su especie, sigue contando en sus entrañas con cuatro motores eléctricos independientes que, unidos, suman 1.953 CV de potencia y 1.919 Nm de par. Cifras bárbaras en ambos casos que garantizan unas aceleraciones brutales: de 0 a 100 km/h en 1,78 segundos, de 0 a 200 km/h en 4,76 segundos y de 0 a 300 km/h en 9,74 segundos.
Su velocidad máxima estimada se queda en los 412 km/h, aunque se limite para su uso en carretera a los 350 km/h. Monta una batería NCM de 69 kWh, que en la versión coupé garantizaba una autonomía eléctrica de 450 kilómetros, aunque en la primera ficha técnica del vehículo anuncia «más de 250 km». Su peso declarado es de 1.900 kg, que no está nada mal para un coche de estas características, de 4,79 metros de largo.
El Aspark Owl Roadster sigue basándose en un avanzado chasis monocasco de carbono, con una suspensión de doble horquilla que permite ajustar la altura respecto al suelo desde los 80 hasta los 160 milímetros. Súmale además un sistema de aerodinámica activa en la carrocería, con un alerón trasero ajustable, frenos carbocerámicos con pinzas delanteras de 10 pistones, llantas de 20 pulgadas delante y de 21 pulgadas detrás, con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2R, y cuatro modos de conducción, con especial atención a los dedicados a su uso en pista.
Por el momento su precio permanece en el más estricto secreto, pero las estimaciones apuntan a que se venderá por encima de los 3 millones de euros. Una auténtica barbaridad, digna de ser una pieza de coleccionista, como lo fueron el Rimac Nevera, el Lotus Evija o el Pininfarina Battista. Hiperdeportivos eléctricos que no han tenido mucho recorrido en el mercado, pensados para un nicho muy pequeño, pero que sientan las bases de una futura hornada de coches de altas prestaciones impulsados por la electricidad. En unos años, se podrá decir que estos fueron los pioneros.

En ese terreno se ha querido meter incluso BYD a través de su marca Yangwang, que ha hecho mucho ruido en los últimos meses con su propio hiperdeportivo eléctrico U9. En su versión Extreme, ha conseguido varios récords, como el de Nürburgring o el de velocidad máxima para un vehículo eléctrico de producción. Eso sí, a un precio muy inferior a los antes comentados: el U9 “normal”, ya con 1.300 CV de potencia, se vende en China por 215.000 euros. Su versión Extreme, con 3.000 CV de fuerza bruta, obviamente será más caro, pero no se irá a cifras tan disparatadas como los antes mencionados.



