China prepara el golpe definitivo con un coche eléctrico con 1.500 km de autonomía

El fabricante chino Changan, presente en Europa, rompe todos los esquemas con una batería con electrolito sólido que permite ofrecer a un coche eléctrico más de 1.500 km de autonomía real. El avance, previsto para entrar en producción en menos de dos años, pone contra las cuerdas a los gigantes occidentales.

China prepara el golpe definitivo con un coche eléctrico con 1.500 km de autonomía
Deepal L07

7 min. lectura

Publicado: 26/08/2025 11:15

Actualizado: 26/08/2025 11:15

La industria del coche eléctrico acaba de recibir un duro aviso de lo que está por llegar. Y es que no contentos con ir haciéndose poco a poco con el mercado de acceso y el medio, ahora el fabricante asiático Changan ha anunciado un avance que podría redefinir el rumbo del sector: un coche eléctrico con 1.500 km de autonomía real. Un salto tecnológico que permitiría a China hacer un auténtico jaque mate.

Desde hace años, el talón de Aquiles del coche eléctrico ha sido el precio, la autonomía y los tiempos de recarga. Aunque la tecnología ha mejorado de forma sustancial, los viajes largos siguen siendo un reto que requiere planificación y paciencia. La promesa de recorrer de una sola vez distancias como París-Madrid, Berlín-Milán o Lisboa-Barcelona sin necesidad de recargar supondrá un antes y un después.

1.500 km de autonomía, adiós range anxiety

BYD y CATL enfrían las expectativas con las baterías de estado sólido

La clave del anuncio de Changan está en el uso de baterías con electrolito sólido con una densidad energética de 400 Wh/kg. Una cifra que podemos comparar con los 150 Wh/kg de las celdas LFP, o los 250 Wh/kg de las NCM más avanzadas. Esta mejora no solo permite autonomías impensables hasta ahora, sino que también abre la puerta a coches más ligeros, seguros y eficientes.

Para ponerlo en contexto: un coche eléctrico equipado con esta batería podría circular entre Barcelona y Berlín sin parar a recargar. Y si lo hiciera, podría recuperar una buena parte de la energía durante una pausa para el café, gracias a la carga ultrarrápida que permite esta tecnología y que abre las puertas a cargas a más de 1 MW.

La seguridad es otro pilar fundamental. Las baterías de estado sólido no tienen electrolitos líquidos inflamables, lo que reduce drásticamente los riesgos de sobrecalentamiento o incendio. En un momento en que la percepción pública sigue siendo vulnerable a cualquier noticia negativa sobre incendios en coches eléctricos, este avance representa un paso de gigante.

Chery inicia la producción de sus primeras baterías con electrolito sólido

A nivel de sostenibilidad, Changan afirma que sus nuevas baterías tienen una vida útil el doble de larga que las actuales. Esto implica menor necesidad de sustitución y, por tanto, menos residuos. Además, el aumento del 30% en la densidad energética por kilo permite vehículos más ligeros, lo que se traduce en menor consumo y más eficiencia. No nos olvidamos también de la parte económica, ya que una batería que dura el doble, será mucho más rentable.

Un avance que puede pillar a Europa y Estados Unidos en una fase de estancamiento evolutivo. El liderazgo de empresas como CATL, BYD y ahora Changan en el campo de las baterías empieza a inquietar a los fabricantes tradicionales europeos, muchos de los cuales aún prevén el salto a la batería sólida como muy pronto en torno al 2030. Changan, en cambio, prevé tener sus primeros modelos en pruebas en 2025 y lanzamientos comerciales en 2027. Algo que supondría adelantar en tres años a los rivales extranjeros.

Más que un coche, un cambio de paradigma

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Changan ya está en Europa

Lo que propone Changan no es solo un coche eléctrico con más autonomía. Es un cambio estructural en la forma de concebir la movilidad. Si este avance se materializa en serie, la experiencia del usuario cambiará de forma radical. Por un lado podremos decir adiós al miedo por quedarnos sin autonomía, pero además con semejantes autonomías se reducirá la necesidad de una red de carga pública tan densa, y por primera vez el coche eléctrico podrá competir directamente con el de combustión en autonomía, coste de uso y versatilidad.

Y eso, para muchas marcas occidentales, supone no solo un reto técnico, sino estratégico. Porque no se trata solo de fabricar coches: se trata de quién liderará la movilidad del siglo XXI. Y mientras en Estados Unidos y Europa se sigue debatiendo sobre regulaciones, subsidios y plazos, en China ya tienen una batería que promete recorrer 1.500 km con una sola carga.

En definitiva, estamos ante una demostración clara de que la carrera por la electrificación no está ganada. De hecho, puede que acabe de empezar una nueva etapa. Una en la que el liderazgo ya no se mide por promesas, sino por hechos concretos y coches con cifras que hace solo unos meses parecían imposibles.

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