
Citroën apunta a coches eléctricos pequeños y baratos desde 2026
Citroën presentará en diciembre su nueva estrategia de marca, centrada en recuperar su identidad popular e innovadora. La vuelta del espíritu 2CV y el enfoque hacia coches eléctricos pequeños y de bajo coste marcarán el futuro de la firma.

El regreso de Xavier Chardon al timón de Citroën ha traído consigo una visión renovada, con un mensaje claro: recuperar la esencia innovadora de la marca sin perder de vista las necesidades reales de los conductores europeos. Será en diciembre, en un evento en París, cuando el fabricante francés muestre oficialmente el rediseño de su identidad y su enfoque de futuro, en un momento clave para reposicionar la marca dentro del grupo Stellantis.
Este movimiento es clave debido a la cada vez más fuerte competencia en los segmentos en los que Citroen era unos de los líderes, y que en la era eléctrica ha abandonado. Ahora se propone recuperar esas plazas con nuevas y competitivas propuestas tal como ha indicado el nuevo CEO de Citroen, Xavier Chardon, en una entrevista con la revista británica Autocar.
Chardon, que ha vuelto a Citroën tras su paso por el Grupo Volkswagen, ha reconocido abiertamente que existe confusión en torno al papel actual de la firma. “Somos capaces de innovar, pero debemos dejarlo más claro al público”, ha afirmado. Bajo su dirección, se busca no solo una renovación estética o de producto, sino una redefinición estratégica que devuelva a Citroën su carácter popular y rompedor.
El espíritu del 2CV volverá... pero adaptado a 2025

Uno de los ejes que marcarán la hoja de ruta es la recuperación del espíritu del mítico 2CV, aunque no como una simple reinterpretación retro, sino como una guía conceptual para crear modelos funcionales, asequibles y pensados para la movilidad individual. “Es mi deber llevar este legado hasta 2025 o 2026, porque es muy importante hacer que la movilidad vuelva a ser accesible”, ha declarado Chardon.
El proyecto, aún en fases iniciales, no tiene una fecha concreta ni un diseño definido, pero sí una intención clara: repensar la libertad de moverse en clave contemporánea, desde 2026 hasta 2030, con un enfoque que combine funcionalidad, sencillez y precio ajustado.
Citroën no confirma aún un modelo inspirado directamente en el 2CV, pero sí deja entrever que este enfoque marcará el diseño y desarrollo de futuros modelos. Y es que, como recuerda Chardon, el 2CV original no solo fue un coche, sino una herramienta de democratización del automóvil, nacida de una necesidad real y no de una moda.
Claridad, sencillez y menos es más

Aunque Chardon evita dar cifras concretas sobre cuántos modelos compondrán la gama de Citroën en el futuro, sí apunta hacia una estrategia más depurada, con menos modelos pero más enfocados. “No se trata de tener muchos, sino de tener los adecuados”, ha dicho, poniendo como ejemplo el éxito de Tesla con una gama reducida. El centro de operaciones seguirá estando en los segmentos B y C, pero con un planteamiento más claro y directo.
Cuando se le preguntó por el nuevo Fiat Grande Panda, con el que comparte plataforma el Citroën C3, Chardon no evitó la comparación. Reconoció que el modelo italiano conecta mejor con su herencia, mientras que el C3 “apuesta por el espacio y el confort como ejes principales”. Esta diferenciación, según él, es clave para evitar duplicidades dentro del grupo.
En el extremo opuesto, el C5 Aircross ha sido reposicionado como el buque insignia de Citroën, desplazando al tradicional sedán. Que el modelo más representativo de la marca sea ahora un SUV no es casualidad: refleja claramente hacia dónde se ha desplazado la demanda del mercado europeo.
También se ha citado al Citroën Ami como ejemplo de la capacidad de la marca para innovar en soluciones de movilidad urbana. Pequeño, funcional y radicalmente distinto a lo convencional, es un guiño directo a la filosofía original de la marca.
¿Una nueva categoría para coches eléctricos pequeños?

Uno de los aspectos más prometedores para Citroën en los próximos años podría venir de la mano de una nueva categoría de coches eléctricos pequeños promovida por la Comisión Europea. Este posible cambio normativo permitiría a los fabricantes ofrecer vehículos más asequibles sin verse asfixiados por una legislación pensada para coches más grandes y caros.
“Es una oportunidad real para Europa de volver a democratizar el automóvil”, ha señalado Chardon. Desde la pandemia, el mercado europeo ha perdido cerca de 2 millones de matriculaciones, y la mitad de esas pérdidas se concentran en coches por debajo de los 15.000 euros, precisamente el nicho donde Citroën históricamente ha sido fuerte.
La presión normativa para reducir emisiones ha tenido un efecto colateral: los coches nuevos son cada vez más caros, lo que ha empujado a buena parte de la población a mantenerse en el mercado de segunda mano o a alargar la vida útil de sus vehículos. Esto, según Chardon, está frenando la renovación del parque móvil y dificultando la reducción real del CO₂.

En este contexto, la marca francesa ve una gran oportunidad para introducir modelos similares al kei car japonés: pequeños, eléctricos, asequibles y producidos en Europa. “Es terreno natural para Citroën. No hay que ir muy atrás para recordar al C1 como un gran ejemplo”, ha dicho el CEO.
Aunque no se ha confirmado ningún modelo específico, el mensaje está claro: Citroën quiere volver a ser la marca del coche para todos. No a través de nostalgia vacía, sino rescatando el pragmatismo, la sencillez y la cercanía que lo convirtieron en un icono del automóvil europeo.



