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Un propietario cuenta sus primeras impresiones con el Tesla Model 3

Jameson Dow es un reservista del Tesla Model 3, que gracias a poseer un Roadster y vivir en California ha sido uno de los primeros clientes externos a Tesla y SpaceX en recibir su unidad. Como colaborador con el medio Electrek, ha realizado un interesante análisis de su nuevo vehículo.

Sus primeras impresiones son realmente interesantes, pues al contrario que la mayoría de unidades probadas hasta ahora, su Model 3 fue construido tras el aumento en la producción que se ha dado en las últimas semanas, por lo que podemos esperar que sus acabados sean los definitivos y no equivalentes a un modelo de preserie como se excusó Tesla al recibir críticas referentes a los acabados de algunas de las primeras unidades del coche.

Precisamente refiriéndose a la calidad de los ajustes de su Model 3, Dow comenta que no es una persona especialmente exigente o que le dé demasiada importancia a los pequeños desajustes y que en su opinión la calidad de acabados del Model 3 es correcta, con unas tolerancias pequeñas entre los paneles de la carrocería. Tras haber visto los malos ajustes que tenían las primeras unidades del Model S, se esperaba algo mucho peor.

En lo que respecta a la conducción, el usuario coincide con otros medios al calificar el chasis del Model 3 como excelente. Destaca su enorme agilidad, la rapidez de su dirección y los pocos balanceos que sufre su carrocería, algo debido por un lado al bajo centro de gravedad que brinda su batería y por otro al firme tarado de sus suspensiones.

Esta configuración «dura» de la amortiguación tiene como contrapartida una disminución del confort de marcha, que si bien no es malo, sí que se ve afectado adoleciendo de cierta sequedad. Probablemente esto se solucione con las futuras suspensiones neumáticas opcionales. En lo referente al aislamiento durante la marcha, el Model 3 destaca por su silencio de rodadura, algo por otro lado esperable.

También hace mención como punto negativo a la escasa visibilidad trasera de la que hace gala el sedán, algo motivado por lo alto que es su maletero, pero que no tiene mayor relevancia gracias a la práctica cámara de marcha atrás que el conductor puede activar fácilmente en cualquier momento.

La autonomía real en uso mixto que ha conseguido tras dos días de uso es de 490 km, por lo que superar la cifra de los 500 km será relativamente fácil a poco que el usuario realice una conducción eficiente y cuidadosa.

Respecto a la pantalla central, dispone de menos funciones que en los Model S y Model X, pero a cambio, se muestra mucho más sensible y reactiva, y la interfaz es más rápida y fluida, además de disponer de una configuración mucho más intuitiva. Los controles vocales también han mejorado respecto a los anteriores modelos de la marca.

La mayor mejoría frente al Model S, sin embargo, radica en los pequeños detalles: espejos de cortesía iluminados, huecos portaobjetos en las puertas, gancho para colgar ropa… Concesiones normales en un coche de cualquier marca, pero pasados por alto por Tesla en sus primeros modelos a raíz de su juventud en la industria.

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Fuente | Electrek

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