Los extensores de autonomía ¿una solución para los coches eléctricos?

La limitada autonomía de los coches eléctricos, unido a la falta de una mínima infraestructura de recargas, están limitando de forma importante su despliegue en un momento donde los precios de los carburantes han entrado en estampida incontrolada. Para ofrecer una solución intermedia hasta que las baterías alcancen un nivel de densidad energética mínimamente interesante, empresas como Mahle o KSPG, nos ofrecen una alternativa a medio camino en la forma de los extensores de autonomía.

La última propuesta nos llega desde los alemanes de KSPG, que han diseñado un extensor de autonomía compuesto por un motor gasolina de dos cilindros y 800 cc, con un tamaño tremendamente reducido, que nos permite convertir nuestro coche en un modelo con rango extendido y sobre todo, ayudar a los más temerosos a dar el salto a un vehículo impulsado por electricidad gracias al respaldo del motor de combustión.

Dispone de dos generadores de 15 kW, una configuración ;que sirve para mantener el equilibrio entre los dos cilindros y a pesar de la pérdida de prestaciones respecto a un solo bloque, logran reducir el ruido y las vibraciones que se producen durante la combustión en hasta un 95%, algo que como explican sus desarrolladores, es muy importante en un silencioso coche eléctrico.

Con una salida de 30 kW, KSPG asegura que con 26 kW es suficiente para mover el coche hasta un grado del 3%, razón por la que han seleccionado una configuración de 30kW.  En cuanto a las emisiones de este, según KSPG, el generador cumple con la normativa Euro6 y cuenta con un peso de solamente 60 kilogramos, 10 kilogramos menos que el Mahle, aunque no sabemos datos tan importantes como el consumo a pleno rendimiento, y si durante el proceso de impulso, es capaz de proporcionar energía a las baterías para recargarlas.

En principio y a falta de esta información, podemos determinar que con los números en la mano, la opción de KSPG es más interesante que la de Mahle, al ofrecer un sistema más pequeño y sencillo, algo que debería también verse repercutido en el precio, que para el Mahle, se sitúa en torno a los 3.000 euros por unidad.

Pero no debemos olvidar que instalar este sistema supondrá cambiar de modelo respecto a un eléctrico puro, y además de sus pros, también tiene sus contras, ya que al lastrar al coche con unos 60 kilos adicionales, estaremos irremediablemente rebajando la autonomía del vehículo, además de cuestiones como el mantenimiento mecánico que el motor va a requerir, algo que no necesita un coche eléctrico puro.

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fuente:
Greencarcongress