El mercado de las baterías para coches eléctricos no para de crecer. Según JP Morgan, en 2015 el volumen de negocio de esta tecnología alcanzará los 6.000 millones de euros. El doble que en 2013, y que será la antesala de una explosión que llevará la cifra hasta los 15.000 millones a finales de la década.
Es por eso que los grandes fabricantes afilan sus cuchillos para lograr situarse lo más arriba posible en la parrilla de salida. Panasonic, NEC, LG y ahora también Samsung, luchan por conseguir contratos con los fabricantes de coches eléctricos, lo que ha provocado el estallido de una guerra de precios.
Por ahora los japoneses llevan la delantera. Panasonic dispone de la mayor parte de cuota de mercado a nivel de GWh, con un 43% gracias a las grandes baterías que lleva en su interior el Tesla Model S.
A nivel de ingresos de momento dominan LG, que suministra a General Motors y Renault entre otros, y la empresa formada por Nissan y NEC (AESC) encargadas de las baterías del Nissan LEAF. Entre ambas se reparten a partes iguales el 60% de mercado, mientras que Panasonic se queda en el 14%.
Al baile se ha unido Samsung, que gracias a su acuerdo con BMW, quiere lograr su parte del pastel de la mano de un contrato para suministrar baterías a la familia «i» por un valor de varios miles de millones de euros. BYD también quiere unirse a la lucha, pero su pequeña capacidad de producción lo dejará en un segundo plano frente a los grandes fabricantes de baterías asiáticos que luchan por hacerse con los cada vez más jugosos contratos.
Pero los grandes fabricantes de baterías también se enfrentan a grandes desafíos. Un ejemplo lo vemos en la arriesgada inversión que Panasonic ha emprendido con Tesla y su gigafábrica de baterías. Un enorme desembolso, más de 4.000 millones de euros, que ha llegado con fuertes críticas de la prensa japonesa.
LG también ha tenido su ración de problemas, con el Chevrolet Volt como principal protagonista. Las bajas ventas, ha provocado que la planta dedicada a la fabricación de baterías puesta en marcha en Michigan, haya estado parada durante muchos meses, y ahora funcione a una pequeña parte de su capacidad.
Pero la guerra abierta entre los fabricantes de baterías nos indican que estamos sólo ante el principio de una nueva era, donde cada vez habrá más inversión en cuanto a baterías, lo que al final permitirá bajar precios, y mejorar capacidades.