El próximo año las primeras unidades del Renault ZOE cumplirán tres años de contrato. 36 meses que coinciden con los firmados en el contrato de alquiler de la batería del eléctrico francés.
Ante este momento decisivo, son muchas las voces que se preguntan que hará Renault al llegar a este momento. Una de las grandes preguntas que rodean al ZOE. Sobre el papel el fabricante debería ofrecer una renovación a los propietarios, con una rebaja del alquiler mensual.
Otra posibilidad es la de cambiar el sistema de tarificación, y mantener los actuales precios pero incrementar el límite de kilómetros anuales de cada tramo. Algo que en la práctica permitiría a algunos usuarios pasarse a una tarifa más económica.
[blocktext align=»left»]En 2017 el ZOE doblará su autonomía[/blocktext]La tercera posibilidad es que Renault empiece a ofrecer a estos primeros propietarios la posibilidad de hacerse con la batería en propiedad, pagando el valor residual que quede por abonar, unos 5.000 euros dependiendo del contrato seleccionado.
La cuestión es que los precios del kWh ha bajado de forma importante en los últimos tres años, y se espera que en los próximos tres lo vuelva a hacer con la misma o mayor intensidad. Algo que choca con la tarifa fija que Renault cobra a sus clientes, a lo que se suma el bajísimo nivel de incidencias que el sector disfruta por regla general. Algo que hace que uno de los pilares del sistema de alquiler, la garantía ilimitada, pierda también valor.
A todo esto sumamos la llegada de nuevas versiones con más autonomía, o como en el caso del Nissan LEAF, con más capacidad de batería. Algo que obliga a Renault a dar un paso adelante, o correr el riesgo de perder el efecto que un buen producto podría tener en la captación de futuros clientes.