Durante los últimos meses se ha estado probando en la localidad californiana de Foothill, una flota de 12 autobuses eléctricos. La idea es comparar su rendimiento frente a otras alternativas, como los modelos a gas natural comprimido (GNC).
Durante estas pruebas el autobús eléctrico, procedente del fabricante Proterra, ha tenido un consumo medio real de 1.33 kWh por kilómetro. Esto supone un consumo equivalente de 28.14 kilómetros por galón de diésel (DGE). Por su parte el modelo a gas ha logrado un promedio de 7.2 kilómetros por galón de diésel (DGE). Esto significa que en las mismas circunstancias, el modelo a gas cuenta con un consumo casi cuatro veces mayor que el modelo eléctrico.
Datos principales del estudio:
- El consumo medio del modelo eléctrico ha sido de 1.33 kWh/km después de 646.000 kilómetros.
- La capacidad media de la batería ha sido del 75.4%, lo que indica una amplia variedad de usos por autonomía.
- La jornada media diaria ha sido de 13.2 horas, con una media de 13 recargas parciales al día. Cada recarga ha inyectado 20 kWh.
- Las recargas parciales han contribuido a lograr una autonomía media más elevada. Eso a pesar de que más del 50% del sistema permanece encendido durante las paradas.
Este estudio también ha puesto sobre la mesa que el autobús eléctrico, al menos el modelo de Proterra, todavía tiene camino de desarrollo por delante. Según las estadísticas, la media de llamada a revisión por algún problema ha sido de una cada 14.490 kilómetros, frente a los 72.450 kilómetros del modelo a gas. Según los responsables, sigue siendo una cifra muy buena para un modelo en fase de desarrollo.
Otro elemento es el tema del coste operativo. En este caso al final del estudio el coste del modelo eléctrico ha sido de 0.012 dólares por kilómetro, mientras que el modelo a gas ha sido de 0.049 dólares por kilómetro. Como vemos, cuatro veces más que el eléctrico.
¿Y el precio de los autobuses?. Pues en este caso los autobuses de Proterra se mueven en un arco bastante elevado por culpa de su baja capacidad de producción, y una fabricación casi artesanal. Cada unidad está valorada en unos 904.000 dólares (801.000 euros) mientras que el modelo a gas está valorado en 575.000 dólares (509.000 euros).
La cuestión es que incluso en su primera generación, y con todo el recorrido por delante, la alternativa de los autobuses eléctricos parece sin duda la mejor a la hora tanto de reducir las emisiones, como también reducir el coste operativo de las flotas municipales, incluso frente a alternativas tan de moda como los modelos a gas.
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Vía | Greencarcongress
