Es una tendencia a la que pocos hacen caso. Hablamos de la desaparición paulatina de las estaciones de repostaje trandicionales, que cada año tienen menos presencia en nuestras ciudades. Las razones son variadas, desde una mejora de la eficiencia de los vehículos, hasta la competencia de grandes estaciones en otras localidades. Una situación que en la pequeña localidad escocesa de Carnoustie ha llegado a un punto bastante curioso.
Con sus apenas 12.000 habitantes, este lugar contaba hasta hace pocos años con 4 gasolineras. Poco a poco estas han ido echando el cierre hasta llegar a cesar la actividad de todas ellas.
Ahora después de un tiempo donde los habitantes se han preguntado por qué no tienen un lugar donde repostar, ha llegado la respuesta. Y es que pocos meses una antigua instalación será de nuevo habilitada para ofrecer repostajes, sólo que en lugar de gasolina o diésel, se convertirá en una estación de recarga para coches eléctricos.
Esta medida no ha sido bien acogida por algunos vecinos que añoran los tiempos donde contaban con una estación de servicio de carburantes. Otros califican la medida como una forma de malgastar el dinero. No faltan también aquellos que se preguntan de cuantas personas tienen un coche eléctrico en el pueblo.
Por supuesto no faltan las voces que ponen un poco de sentido a esta situación, como aquellos que indican que para que la gente compre coches eléctricos, primero tendrá que existir una infraestructura de recarga.
Pero este es un ejemplo gráfico de la evolución de un mercado donde los carburantes fósiles mantienen una gran parte del mercado, pero se enfrentan a una situación de pérdida constante de clientes. Algo de lo que son conscientes los escoceses en dos datos.
Según las últimas estadísticas, en total en Escocia hay 700 gasolineras repartidas por todo el país. Un número que según la asociación que aglutina a los empresarios de este sector ha perdido un tercio de sus establecimientos en los últimos años. Unos cierres que han afectado principalmente a las estaciones de servicio situadas en zonas rurales.
Y mientras las gasolineras caen en número, el pasado año los puntos de recarga públicos, aquellos accesibles para todos los usuarios, se han doblado llegando a los 550, de los cuales 120 son de recarga rápida. Una dinámica que nos indica que entre este año y el próximo, Escocia tendrá más puntos de recarga que gasolineras.
Una situación la de Carnoustie que estamos seguros animará muchos usuarios a dejar de lamentarse por no poder contar con una gasolinera, y dar el salto a un coche eléctrico que podrán recargar incluso sin salir de casa.
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