El mercado chino es uno de los que con más fuerza está abrazando la movilidad eléctrica en todo el mundo. Se ha convertido ya con diferencia en el número uno en cuanto a ventas, y las expectativas es que esta dinámica se acelere con fuerza en los próximos años.
Así lo espera una de las marcas pioneras en esta tecnología en el mercado chino. BYD. Según su presidente, Wang Chuanfu, esperan que ya para el año 2030 todos los coches sean eléctricos en China.
Entre los motivos para este optimismo, además de que esto iría a favor de la propia BYD, están los últimos movimientos de gobiernos como el británico, el francés y el propio chino, poniendo sobre la mesa una fecha para la finalización de las ventas de coches con motor de combustión interna. Algo que ha provocado a pesar de la lejanía de su puesta en marcha, 2040 en caso de ingleses y franceses, ha motivado movimientos bastante profundos en casi todos los grandes fabricantes.
Pero para el máximo responsable de BYD el final del motor de combustión en aplicaciones como el transporte privado llegará antes. La expansión de la tecnología tanto de coches eléctricos, como de híbridos, restará cada vez mayor protagonismo a las configuraciones clásicas. Algo que con un poco de maquillaje de las palabras, podría permitir alcanzar ese ambicioso objetivo.
Y decimos maquillaje ya que normalmente cuando los directivos hablan de coches eléctricos, realmente están hablando de «electrificados». Un paquete en el que se incluyen desde los híbridos sin capacidad para moverse en modo eléctrico, hasta los híbridos enchufables.
A pesar de esto, el propio gobierno chino se ha marcado como objetivo que los modelos enchufables, tanto eléctricos puros como híbridos capaces de moverse en modo eléctrico y recuperar su energía con un enchufe, sean al menos 1/5 de las ventas totales para 2025. Algo que supondría pasar de unas ventas de unas 800.000 unidades en 2017, a 5.3 millones. Una cifra que parece bastante pesimista si pensamos que hablamos de un periodo de 8 años.
La cuestión es que la evolución de la tecnología en los próximos 10 años será enorme. Los precios bajarán, las autonomías crecerán, así como también las redes de recarga. Algo que posiblemente anime a los diferentes gobiernos a acelerar sus planes para reducir las ventas de modelos con motor de combustión al contar con opciones eléctricas cada vez más interesantes, y que en el caso de China además de la dependencia energética exterior, añade también la cuestión de la contaminación en sus ciudades.
Motivos por los cuales marcas como BYD esperan que la transición sea incluso más rápida de lo marcado por los planes del gobierno.
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Vía | Reuters
