Mercedes es uno de los fabricantes que con más fuerza está invirtiendo en el sector del coche eléctrico. Y no decimos de planes de futuro, sino que estas inversiones ya se están realizando. Podemos recordar las hechas en sus plantas alemanas, donde además de coches se ensamblarán baterías. Un proyecto que ahora ha recibido un nuevo impulso con el anuncio de la expansión a los Estados Unidos.
Se trata de la confirmación de una importante inversión que realizarán en la factoría que tienen en la localidad de Tuscaloosa, Alabama. Esta recibirá un total de 1.000 millones de dólares y verá crecer su plantilla en 600 trabajadores. Un dinero que servirá tanto para poner en marcha nuevas líneas de producción, así como una instalación para la fabricación de baterías.
Esta inversión ha sido catalogada como una apuesta de futuro por un sector que no para de crecer en Estados Unidos, y que además permitirá al grupo alemán poder atajar las críticas que desde la administración de Trump se ha hecho a las marcas alemanas por fabricar demasiados vehículos fuera de sus fronteras.
Pero la realidad es que este movimiento se enmarca en un plan de expansión que además de Norteamérica y Europa, también está significando importantes desembolsos en China, donde Daimler ha confirmado la expansión de su acuerdo con BYD mediante su marca conjunta Denza.
En el caso americano, Mercedes se prepara para un crecimiento que los estudios indican será muy importante en los próximos años, y que permitirán al sector multiplicar por cuatro las ventas entre 2016 y 2021, y llegar según Bloomberg a ocupar más un tercio de las nuevas matriculaciones para 2030.
De momento no se ha confirmado que modelos producirá Mercedes en esta planta, pero es de esperar que mantenga la hoja de ruta europea, con un primer modelo, el EQC, que llegará en 2019, mientras que el compacto EQA lo hará unos meses después. Pero en este tiempo podríamos ver novedades, como una propuesta intermedia que podría encajar mejor en un mercado como el americano donde los modelos de pequeñas dimensiones tienen menos aceptación que en Europa.
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Vía | USA Today
