¿Convertirá Renault a Alpine en una marca de coches eléctricos?
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Publicado: 03/12/2017 11:00
Alpine fue un fabricante de deportivos francés que nació en Normandía en 1955. Siempre basados en mecánicas Renault, sus modelos fueron muy apreciados en el mundo de los rallys durante los años 60 y 70, llegando a ganar el Mundial de Rallys en 1973 con su mítico deportivo A110, que se fabricó de 1961 a 1978. Alpine fue desde sus inicios una marca dependiente de Renault, si bien su integración completa dentro del gigante francés no tuvo lugar hasta 1974.
Alpine, conocida como la Porsche francesa, compartió con Renault Sport la tarea de ser la división deportiva de Renault hasta el año 1995, cuando salió de la fábrica el último Alpine A610. Si bien a lo largo de los años Renault ha tenido varias tentativas de resucitar su marca de deportivos, no fue hasta 2012 con la presentación del prototipo A110-50 que fabricante galo renació de sus cenizas.
Tras una azarosa gestación que incluyó un fallido acuerdo con la inglesa Caterham, Alpine presentó el primer modelo tras su resurrección a principios de este año: un nuevo A110, llamado a competir con modelos de la talla del Porsche Cayman o el Alfa Romeo 4C. Un coche que, siguiendo la tradición de la marca, confía más en la ligereza que en la potencia bruta para conseguir un comportamiento impecable.
El nuevo A110 es un deportivo biplaza construido en aluminio. En su primera versión equipa un motor 1.8 TCe de cuatro cilindros y 252 cv asociado a una caja de cambios de doble embrague y 7 velocidades. Se esperan futuras versiones más prestacionales que superen los 300 cv. Entre otras cosas, destaca por su ligero peso de poco más de 1.000 kg, así como por su sistema de suspensiones de doble paralelogramo tanto delante como atrás. Por el momento, no existe ninguna noticia acerca de una posible electrificación del modelo.
Si el A110 tiene la aceptación esperada, los planes de Renault pasan por convertir su marca en una rival de Porsche a nivel mundial, con una gama de deportivos, berlinas y SUVs enfocados al placer de conducción. Es decir, sería la división de lujo de Renault.
Durante la presentación del último plan estratégico de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, se habló del futuro de todas las marcas del grupo (incluyendo Infiniti, Datsun, Lada, Samsung, Dacia…), haciendo especial hincapié en la electrificación de todas las marcas. Actualmente la Alianza es uno de los grupos líderes a nivel mundial en cuanto al coche eléctrico, con una temprana apuesta que se ha traducido en la creación de productos como el Nissan LEAF o el Renault ZOE, dos de los mayores superventas eléctricos de la historia.
Sin embargo, durante la presentación del plan estratégico no se mencionó a Alpine. Algo extraño, teniendo en cuenta las ambiciones internacionales de Renault con la marca. ¿Qué se propone hacer Carlos Ghosn, CEO de la Alianza, con Alpine?
Viendo el interés de Porsche en el coche eléctrico, demostrado con el modelo Mission E (que saldrá al mercado en 2019), el auge del coche eléctrico en mercados clave como China, y teniendo en cuenta la ventaja de la que goza la Alianza frente a sus rivales en materia de electrificación, cabe la posibilidad de que los planes de Renault pasen por hacer de Alpine una marca de coches eléctricos. Algo similar a lo que ha hecho Volvo con Polestar, y que les permitiría competir no sólo con Porsche, sino también con Tesla.
La nueva plataforma eléctrica de la Alianza, la modular CMF-EV, bien podría permitirlo. Con las baterías en los bajos y sendos motores en los ejes (plataforma tipo skateboard), la CMF-EV se presta a servir como base para grandes berlinas y SUVs eléctricos que podrían rivalizar con los Tesla Model S y Model X.
Una de las primeras aplicaciones de esta plataforma ha sido el Renault SYMBIOZ, un Concept Car que ha derivado en el Démonstrateur SYMBIOZ, un prototipo funcional capaz de conducir de forma autónoma. Este modelo es más grande que un Renault Talisman de 4,85 metros (como bien muestran los prototipos de prueba basados en dicho sedán), y monta dos motores eléctricos en posición trasera que le otorgan una potencia de 680 cv.
Se sabe que este prototipo adelanta la tecnología que montará un modelo de serie que se presentará en 2022 y se pondrá a la venta en 2023, el cual gozará entre otras cosas de conducción autónoma de nivel 4. Un coche previsiblemente caro y que Renault difícilmente podría vender bajo su marca, pues los clientes de coches de precio elevado buscan una insignia que les dé cierta imagen. Ahí entra en juego Alpine.
El modelo previsto para 2022 podría ser una berlina o un SUV de Alpine, basado en la plataforma CMF-EV y pensado para competir con Tesla y Porsche. Podría llegar dotado de la tecnología más puntera de la Alianza a todos los niveles, y gozaría de unas prestaciones dignas de un superdeportivo.
Las expectativas deberían ser altas, pues a día de hoy el grupo formado por Renault, Nissan y Mitsubishi es el mayor fabricante de automóviles del mundo, por delante de gigantes como Toyota, Volkswagen o General Motors. ¿Estaremos ante el renacimiento de una marca que dará mucho que hablar en materia eléctrica? En unos años lo sabremos.
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Fuente | LeBlogAuto