Uno de los aspectos que mejor nos puede servir para medir la diferente velocidad de implantación de coche eléctrico en China y el resto del mundo, es el despliegue de puntos de recarga. Mientras que en occidente contamos las redes nacionales por unas pocas miles de unidades, en China ya lo hacen por decenas de miles, y eso sólo en la capital, Pekín.
El problema es que esta red ha comenzado a desplegarse hace años, y muchos de esos puntos se han quedado desfasados tanto a nivel de formato, como a nivel de potencia y también de requisitos sobre seguridad. Algo que las autoridades locales se han propuesto solucionar.
De esa forma Pekín procederá a la renovación de los algo más de 31.800 puntos de recarga públicos que hay instalados en la ciudad. Una cifra realmente impresionante a la que podemos sumar los 80.800 puntos situados en zonas privadas, como centros comerciales o centros de trabajo.
Hasta el momento el gobierno de la ciudad ha procedido a la renovación de 12.000 estaciones. Por poner un ejemplo, uno de los países que mayor despliegue de puntos tiene en Europa, Francia, cuenta en total con 20.000 puntos de recarga públicos repartidos por todo su territorio.
Además de incentivos e infraestructuras, un total de 107 ciudades de China, incluyendo la propia Pekín, han puesto en marcha iniciativas para dar mayor visibilidad al coche eléctrico. Por ejemplo, han creado un nuevo tipo de matrícula de color verde que sirve para saber que un coche es eléctrico a simple vista. Algo que además facilita la identificación durante los eventos de contaminación y las restricciones al tráfico que afectan a los coches con motor de combustión.
Ejemplos que nos muestran el nivel de seriedad con la que el gobierno de China se ha tomado al coche eléctrico, frente a la apatía con la que se está afrontando en Europa y otros grandes mercados como Japón.
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Vía | Xinhuanet
