China ha accedido a rebajar algunos de sus aranceles de entrada para los fabricantes de coches que no tienen una planta en su territorio. Un gesto que pretende facilitar la entrada de marcas como Tesla, que permitirá aumentar la cifra de coches eléctricos en las carreteras chinas, y además elevar la competitividad de sus marcas locales.
Gracias a este movimiento Tesla ha podido rebajar el precio de sus vehículos. Esto supone un recorte del precio gracias a la modificación arancelaria de unos 14.000 dólares por vehículo, o algo menos de 12.000 euros al cambio.
Como recordamos, Pekín ha decidido reducir el coste de importar un coche, pasando del 25% vigente hasta ahora, al 15%. Una rebaja que comenzará a tener efectos a partir del 1 de julio de este mismo año. Pero desde Tesla se ha indicado que aplicarán esta rebaja en sus vehículos desde ya mismo, adelantándose a la medida del gobierno.
El movimiento de Tesla probablemente presagia rebajas de precios más amplios para otros automóviles importados en China, ya que las empresas extranjeras buscan reducir la brecha de precios con los rivales nacionales o las empresas conjuntas locales. Las importaciones, sin embargo, solo constituyen una fracción del mercado general y tienden a ser modelos de gama alta.
A pesar de ello, los analistas indican que esto afectarán también a las marcas locales o con factorías en China que trabajan en el segmento premium, que se verán obligados a revisar sus precios para mantenerse competitivos frente a las propuestas foráneas. Marcas como Toyota o BMW, ya han confirmado que revisarán sus tarifas minoristas para ajustarse a la nueva situación.
Un movimiento que beneficia a Tesla de forma importante, facilitando su expansión por un mercado clave. Una rebaja fiscal que no afectará a los planes de instalación de una fábrica en territorio chino, pero que ya a corto plazo beneficiará a los consumidores gracias a la mayor competencia que existirá en el mercado, y que redundará en unos precios algo más ajustados.
Una instalación de Tesla que permitirá reducir unos precios hasta ahora extremadamente elevados. Por ejemplo el interesado en llevarse a casa un Model S, tenía que enfrentarse a un coste que en la versión más económica, la 75D, arrancaba en los 94.000 euros al cambio. Ahora este se colocará en torno a los 82.000 euros. Si logran producir en China, este precio sufrirá un nuevo recorte hasta situarse por debajo de los 70.000 euros. Algo que sin duda impulsará las ventas.
Vía | Reuters
