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Ahora no Permitir

Las ciudades británicas apuestan por adelantar la prohibición de venta de coches diésel y gasolina a 2030

Como muchos recordaréis, el pasado año Francia y Reino Unido presentaron una iniciativa para poner final a la venta de coches con motor de combustión. Un proyecto que supondría que a partir de 2040 no se podrían vender más coches dotados de este sistema en estos países. Una medida poco efectiva por lo lejana de su aplicación, pero que ha servido para mover algunos resortes dentro de diferentes instituciones.

Pero para algunos esta medida no es suficientemente ambiciosa. Es por eso que un grupo de grandes ciudades de Reino Unido se están movilizando para lograr que la aplicación tenga lugar diez años antes. Liderados por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, los alcaldes de ciudades como Bradford, Bristol, Cardiff y Oxford, se reunirán con el Secretario de Estado y Medio Ambiente del gobierno británico para tratar de poner sobre la mesa la necesidad de poner en marcha acciones más agresivas.

El objetivo es lograr un ambiente más sano en unas ciudades acosadas por las emisiones de los coches diésel y gasolina. Proponen entre otras medidas la prohibición de venta de nuevos coches convencionales a partir de 2030, y la creación de zonas de cero emisiones, donde estos no podrán entrar ya a corto plazo.

Proponen además el refuerzo de las medidas de ayuda a los interesados en adquirir un coche eléctrico, y hacer énfasis en incentivar con un plan renove a los que quieran sustituir su actual modelo diésel o gasolina por un eléctrico.

De momento no sabemos qué efecto tendrá sobre el gobierno la presión de este grupo de ciudades. Pero entre ellas acumulan más de un tercio de la población total del Reino Unido, por lo que seguro que sus peticiones son escuchadas y analizadas.

Opinión:

Y es que para acelerar la transición a formas más sostenibles, no es suficiente con programas de ayudas a la compra, sino que hace falta también medidas complementarias, como la expansión de las redes de recarga rápida, así como otras destinadas a desincentivar la compra de coches diésel o gasolina, por ejemplo con la efectiva prohibición de entrada en las zonas urbanas.

A muchos interesados en la compra de un coche que están pensando en un modelo de combustión interna puede que la mejor economía de un eléctrico, o su menor impacto medioambiental no les desanime. Pero si saben que existe el riesgo de que en algún momento de la vida útil de ese coche pueden quedarse sin poder entrar en algunas ciudades, es una amenaza muy efectiva que incluso antes de entrar en vigor de forma efectiva puede ayudar a inclinar la balanza por otra opción.

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