Los coches eléctricos están acaparando la atención del público a nivel global. En plena crisis del diésel y con las restricciones por contaminación cada vez más presentes en las ciudades de todo el mundo, cada vez son más los que apuestan por el coche eléctrico a baterías como solución de futuro tanto para el transporte privado como para servicios de carsharing, taxis…
Sin embargo, tiende a prestarse menos atención a la electrificación de otro tipo de vehículo: aquellos dedicados al transporte de mercancías (furgonetas, camiones y vehículos comerciales en general). Las empresas de transporte y de servicios siempre han mirado con lupa los costes operativos de sus vehículos, por lo que la electrificación de sus flotas podría ocurrir incluso de forma más rápida que la electrificación del transporte privado.
Así, en numerosas urbes europeas cada es más común ver que los servicios municipales y las empresas de reparto de correo utilizan furgonetas 100% eléctricas como la Renault Kangoo ZE, la Nissan e-NV200 o la StreetScooter. A estas pequeñas furgonetas se unirán en el futuro otras como la nueva generación de las Citroën Berlingo, Peugeot Rifter/Partner y Opel Combo eléctricas, o la Volkswagen e-Caddy.
El siguiente paso son las furgonetas medianas y grandes, si bien por el momento la mayor parte de las propuestas de los fabricantes están enfocadas al ámbito urbano dadas las pobres autonomías conseguidas por los modelos que actualmente podemos encontrar en el mercado: Mercedes-Benz eVito y eSprinter, Renault Master ZE, Volkswagen e-Crafter…
Uno de los puntos críticos será la electrificación de los camiones, mucho más pesados y con desempeños más variados que las furgonetas de gran tamaño. La cada vez mayor competencia comercial entre empresas propiciada por el comercio online está llevando a que se intente recortar costes de donde sea, por lo que reducir los costes operativos de las flotas de reparto es un punto esencial para ello.
Actualmente podemos distinguir dos tipos de propuestas. Por un lado, están los camiones de corta distancia, enfocados a los llamados «repartos de última milla». Estos camiones suelen recorrer entre 200 km y 300 km por carga, y encontramos ejemplos en las propuestas eléctricas de Volvo Trucks, Renault Trucks, Mercedes-Benz… Este sector será de los que más rápido se electrificará, tanto por motivos de costes como por las restricciones contaminantes de las ciudades.
Los camiones de larga distancia tardarán más en electrificarse; sin embargo, la transición podría ser más rápida de lo que algunos piensan. Si bien muchas empresas (Toyota, Hyundai, Nikola) apuestan por los camiones con pila de combustible de hidrógeno, el Tesla Semi ha demostrado que es viable crear un camión de larga distancia con baterías. Con un precio de venta cercano a un camión diésel, el Semi promete un coste de utilización muy reducido respecto a un modelo equivalente de combustión, algo que ha interesado a numerosas empresas, que ven con buenos ojos cualquier ahorro posible.
De forma resumida, podríamos decir que el transporte de mercancías se electrificará de forma relativamente rápida gracias al ahorro de costes que supondrá a las compañías.
