Si hay una compañía que está logrando llevarse el gato al agua con los contratos de suministro de baterías para coches eléctricos, esa es la coreana LG. Son pocas las marcas que no han acudido a sus oficinas para firmar un contrato de compra de celdas, e incluso algunos han ampliado ese acuerdo a la fabricación de otros componentes mediante la división Electronics de la propia LG.
A la vista de que la demanda no para de incrementarse, y de que la producción está muy por debajo, LG está moviendo fichas para tratar de incrementar su capacidad sobre la marcha.
Un ejemplo son los nuevos objetivo de producción presentados en la junta de accionistas, en el que se aumenta casi un 30% el objetivo a alcanzar en 2020. De esa forma con las nuevas inversiones, como la fábrica europea y una nueva instalación en Estados Unidos, LG quiere pasar de los 70 a los 90 GWh para principios de la próxima década.
Esto supondrá la necesidad de acceder a una ingente cantidad de materiales. Para esa fecha se estima que sólo LG necesitará tanto níquel, cobalto o litio como toda la industria de las baterías juntas en 2015.
Según la nota de prensa, asumiendo que el vaya a utilizar la configuración actual, NMC532, supondrá que en menos de dos años serán necesarias 100 kilotoneladas para dar forma al cátodo, 40 kt de níquel, 22 kt de cobalto, 16 kt de manganeso, 50 kt de litio y 90 kt de los materiales para producir el ánodo.
Unas cifras que pueden variar con el desarrollo de nuevas químicas que reduzcan por ejemplo la necesidad de materiales raros y costosos como el propio cobalto.
La principal conclusión es que LG se está preparando para un escenario mucho más positivo en la producción de baterías para coches eléctricos, y lo hace pensado ya en el corto plazo. Un posicionamiento que les permitirá atender una demanda que no para de crecer, y que como vemos en los próximos 24 meses vivirá un incremento incluso más fuerte de lo estimado en un primer momento.
Una economía de escala que proporcionará a LG la ventaja para acceder a precios más económicos, todo en un sector que maneja márgenes de beneficio muy bajos. Algo que sin duda elevará el tono de la competencia en un sector cada vez más caliente.
Vía | Roskill
