El pasado mes de agosto Noruega ha vuelto ha marcar dos tendencias realmente interesantes. Por un lado ha logrado un nuevo hito al conseguir que los coches eléctricos a batería, sin contar los híbridos enchufables, hayan logrado casi un 30% de las ventas totales. Al mismo tiempo que los eléctricos avanzan, los modelos dotados de motorización diésel no paran de descender en sus ventas.
Los coches eléctricos a batería han cerrado agosto con un total de 4.158 unidades entregadas, con un crecimiento del 49.4% respecto al mismo periodo del pasado año. Esto supone que el 28.6% del mercado de Noruega está ya ocupado por los modelos de cero emisiones. Y eso contando sólo turismos, dejando fuera de la estadística a los industriales 100% eléctricos.
Por su parte los híbridos e híbridos enchufables han logrado matricular en agosto 3.633 unidades, lo que representa una bajada del 17.2% respecto al pasado año. Un descenso que ha afectado tanto a los híbridos convencionales, pero sobre todo a unos híbridos enchufables que se han anotado un descenso del 25.2% en agosto.
Pero sin duda los más preocupados son los vendedores de coches diésel. La cuota de matriculaciones de esta tecnología está cayendo de forma inexorable en toda Europa, y también por supuesto en Noruega.
En la tabla inferior podemos ver la lenta pero imparable dinámica del diésel que en 2010 ocupaba el 78% del mercado noruego, y que cerró el 2017 con apenas un 23%. Y eso no ha hecho más que empeorar con el paso de los meses. Por ejemplo en agosto han ocupado el 21% de las ventas.
Un escenario donde los coches eléctricos sufren de una falta de suministro provocado por una producción muy limitada. Sólo el Nissan LEAF logra alcanzar niveles mínimamente respetables, y por ejemplo en julio lograba alcanzar las 980 unidades, siendo de largo el turismo más vendido, casi doblando al segundo clasificado, el Volkswgen Golf en todas sus variantes.
Y esto también en unas fechas donde marcas con grandes cuotas en Noruega, como Tesla, están rozando mínimos históricos. Y es que entre el Model S y el Model X apenas han llegado a las 64 unidades en Julio.
Algo que nos indica que la resistencia del diésel tiene los meses contados, y que su caída se debería acentuar con la llegada de nuevas propuestas, y el incremento de una producción muy lejos de cumplir con la demanda en este mercado.
Vía | Ofvas
