Esta semana el gobierno de Reino Unido ha sorprendido a todos con el anuncio de importantes cambios en el programa de ayudas a la compra de coches eléctricos. Un pequeño paso atrás que supondrá la reducción de 4.500 a 3.500 libras el incentivo a los eléctricos puros. Pero el gran golpe se lo llevarán los híbridos enchufables.
Según la nueva norma, que entrará en vigor el 9 de noviembre de este 2018, supondrá que los híbridos enchufables dejarán de recibir ayudas en este mercado. Un duro golpe para una tecnología que se había convertido en una de las opciones más populares entre los compradores de las islas británicas.
Y no es que las ayudas desaparezcan, sino que estas han elevado los requisitos para poder hacerse con ellas. Para que un híbrido enchufable consiga las 3.500 libras, deberá contar con una autonomía en modo eléctrico de al menos 113 kilómetros con cada carga bajo el nuevo ciclo WLTP, y emitir menos de 50 gramos de CO2 por km.
El problema es que en la actualidad no hay ningún modelo disponible, ni a la vista, capaz de cumplir con este requisito. La negativa de las marcas a instalar baterías de mayor capacidad supondrá que al menos en el mercado de Reino Unido, estos se quedarán sin ayudas. Una medida que hace ya un par de años que se tomó en otros mercados, como Francia.
Esta medida se enmarca en un mercado donde las ventas de estos modelos han copado las listas de entregas en los últimos años. Es el principal mercado de modelos enchufables, como el Mitsubishi Outlander PHEV, del que sólo en 2017 entregaron casi 7.000 unidades en este mercado. Una cifra que podemos comparar con las 2.200 de Alemania, o las 719 de España.
Esto sin duda será un duro golpe a una tecnología que ha ido creciendo en ventas, pero sin llegar a explotar, y que ahora debe enfrentarse a un escenario donde las ayudas parece empiezan a recortarse, al mismo tiempo que llegan cada vez más modelos 100% eléctricos de amplia autonomía que permiten aumentar el arco de clientes a los que uno de estos modelos les encaja a la perfección.
Por otro lado algunos analistas indican que esta medida tendrá un impacto negativo, ya que reducirá el número de conductores que abandonan los sistemas diésel y gasolina convencionales, con el impacto que esto tendrá en las emisiones. Algo a lo que se añade la pérdida del efecto introducción que tienen los modelos enchufables como puerta de entrada a la tecnología eléctrica.
Un duro golpe para marcas como Mitsubishi, BMW, pero también para aquellas cmo Renault que están preparándose para lanzar nuevas propuestas como una forma de reducir sus emisiones contaminantes, y que ahora se pueden enfrentar a un cambio en el mercado que suponga la reducción de la demanda de este tipo de vehículos.
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Vía | Reuters
