Hace un año, Volkswagen tomó la decisión de obligar a sus filiales Audi y Porsche a colaborar en el desarrollo de vehículos eléctricos y autónomos, aprovechando la tecnología y los conocimientos de ambas empresas, lo que debería permitirles avanzar de forma más rápida y eficiente. En base a ello, ambas compañías están desarrollando las plataformas modulares eléctricas PPE, para berlinas y SUV de lujo y altas prestaciones, y SPE, para superdeportivos.
Sin embargo, apenas un año después los desarrolladores de Porsche se lamentan de la incompetencia de Audi. Parte de las quejas se centran en el desarrollo del Porsche Taycan, una berlina 100% eléctrica llamada a competir con el Tesla Model S que la marca alemana lanzará a finales de este mismo año y que tendrá un hermano gemelo de Audi en 2020, el e-tron GT.
El desarrollo del Taycan ha estado plagado de problemas técnicos, lo que ha llevado a que su lanzamiento se haya tenido que retrasar. Audi era la encargada de desarrollar el software de su sistema de conducción autónoma, pero no lo tienen listo, por lo que el Taycan tendrá que lanzarse sin él, activándose a posteriori (probablemente en 2020) mediante una actualización OTA.
Audi fue en su momento una empresa innovadora gracias a su tracción total Quattro y sus carrocerías de aluminio. Sin embargo, la compañía parece haber perdido su posición de «marca innovadora del grupo Volkswagen», pues se ha dormido en los laureles y ahora no muestra la rapidez de reacción que exigen los cambios que está sufriendo el mercado automovilístico mundial con el auge del coche eléctrico y autónomo. Además, ha dejado de estar a cargo de Bentley y Lamborghini, supervisadas ahora por Porsche.
Las ventas de Audi se han desplomado en un 40% en Europa, debido principalmente a los problemas que ha tenido Volkswagen para homologar algunas motorizaciones diésel con el nuevo estándar WLTP. Además, su ex-director general está a la espera de un juicio penal por su implicación en el escándalo de manipulación de emisiones Dieselgate. Para empeorar todavía más las cosas, dentro de poco la Unión Europa impondrá unos límites de emisiones todavía más restrictivos, que de no cumplirse podrían traducirse en unas cuantiosas multas.
Las tensiones entre Audi y Porsche son tan elevadas que aparentemente han tenido que intervenir de forma directa sus dos directores ejecutivos para poder encarrilar de nuevo la colaboración entre ambas marcas. Sin embargo, parece que Porsche no está contenta con el desempeño de su compañera de aventura, pues como demuestra el fallo masivo de software que retrasó la puesta a la venta del e-tron, no se muestra a la altura de las circunstancias.
Fuente | Handelsblatt
