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¿Dejarán pasar los fabricantes europeos también la revolución del camión eléctrico?

En los últimos años hemos visto como los epicentros de desarrollo e investigación de sectores como el coche eléctrico y los autobuses también impulsados por electricidad se han marchado a Asia o Estados Unidos. Algo que ha tenido consecuencias como una menor inversión y unos cimientos para afrontar la transición más débiles. Un aspecto que ahora los desarrolladores europeos tienen una oportunidad de no repetir con los camiones eléctricos.

Según Lucien Mathieu, analista en el grupo de presión Transport & Environment, las recientes aprobaciones de normas en la UE abre el camino a una tercera revolución eléctrica en nuestro continente. Un movimiento que llega después de coches y autobuses, y que indica todavía está a tiempo de ser aprovechado por los desarrolladores de nuestro continente.

El objetivo es lograr hacer despertar a una industria que en el caso del automóvil, se quedó atrás hasta el estallido del escándalo de las emisiones. Todo con el resultado de un ascenso de las marcas chinas y norteamericanas, como Tesla, que han aprovechado la desidia de los grandes grupos más preocupados en poder desarrollar motores diésel y gasolina que en el futuro eléctrico.

Algo parecido ha sucedido en el sector del autobús eléctrico, donde hace apenas cinco años China no tenía apenas presencia. Pero en 2016 logró pasar de la nada a hacerse con el 30% de las ventas a nivel mundial. Todo ante la mirada indiferente de los potentes grupos europeos.

Ahora las encuestas muestran que los operadores de flotas europeos están muy interesados en los sistemas eléctricos. Para 2025 el 40% de los encuestados contarán en sus nuevas compras con modelos híbridos o eléctricos, mientras que apenas el 30% continúa contemplando las renovación con modelos diésel.

Las primeras entregas del Tesla Semi tendrán lugar a lo largo del año 2020

Los motivos para este interés son evidentes. Si el propietario de un pequeño coche eléctrico puede lograr importantes cuotas de ahorro en su vehículo, un modelo industrial de transporte ofrece enormes oportunidades para su propietario. No sólo por el menor coste operativo de los mismos, sino también por la tranquilidad de poder acceder a las zonas donde cada vez hay más restricciones por culpa de los elevados niveles de contaminación, y donde los motores diésel están siendo paulatinamente expulsados.

El principal problema en la actualidad es la falta de oferta que ofrece el mercado. Para los operadores de momento la única alternativa es la transformación de modelos convencionales en eléctricos, con al menos 8 empresas dedicadas a esta labor en Europa (Ginaf, EMOSS, E-Force One, EFA-S, Terberg, Orten, E-Trucks Europe y la española Urbaser).

Pero en algún momento alguien pondrá a la venta un modelo diseñado desde cero para albergar un sistema eléctrico. La pregunta es si será alguno de los grandes grupos europeos, DAF, Daimler, Iveco, MAN, Renault, Scania o Volvo, o por lo contrario la solución una vez más llegará desde California o desde China.

Una vez desarrollados y puestos en marcha, este tipo de vehículos se enfrentan a otro problema, como es la recarga. Es por eso que desde Europa se están haciendo llamamientos a los grandes grupos para que se pongan de acuerdo para la creación conjunta de redes de recarga rápida para vehículos industriales.

Una red que sin duda facilitará los desplazamientos, y también la toma de decisión de compra de estos vehículos por parte de la dirección de las empresas.

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Vía | Euractiv

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