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A pesar de las pérdidas económicas, la Fórmula E cada vez gana más respaldo de los aficionados y los patrocinadores

La Fórmula E cada vez tiene más éxito. Esta competición de monoplazas eléctricos goza de una gran aceptación entre el público y del interés de las marcas, hasta el punto de que algunos expertos hacen ver que poco a poco está quitando protagonismo a la Fórmula 1. Sin embargo, y a pesar de que este éxito se ha traducido en unos ingresos récord de 133,4 millones de euros durante su cuarta temporada gracias a los nuevos patrocinadores, las pérdidas netas de 26,4 millones de euros también son de importancia.

En plena transición a la movilidad eléctrica, lo cierto es que la Fórmula E ha conseguido captar la atención de los espectadores, en parte por la decisión de correr en circuitos urbanos, así como de los fabricantes de automóviles (Audi, BMW, DS, Mercedes-Benz, Nissan, Porsche…), que quieren utilizar esta competición como escaparate para promocionar sus coches eléctricos.

Los costes de participación en la Fórmula E son relativamente bajos si los comparamos con la Fórmula 1, con un promedio de 36 millones de euros por temporada frente a los 250 millones de la categoría reina. Precisamente gracias a su enorme proyección de futuro, no se cree que las pérdidas vayan a frenar la expansión de un proyecto que cada vez gana más adeptos.

Durante su cuarta temporada, la Fórmula E consiguió doblar la asistencia a sus carreras, así como elevar de forma notable su audiencia. Gracias al monoplaza de segunda generación estos datos no harán más que aumentar, pues es más rápido, tiene más autonomía, y dispone de un Attack Mode que permite disfrutar de más emoción en las carreras.

Entre los nuevos patrocinadores de esta categoría hay que destacar a ABB, Heineken y Bosch. Tampoco hay que olvidar los ingresos procedentes de Arabia Saudí, pues gracias al acuerdo firmado por el país con la Fórmula E se conseguirán unos ingresos de 236 millones de euros en los próximos años, una importante cifra que deja entrever el enorme potencial de futuro de estas carreras.

En definitiva, parece claro que a pesar de las pérdidas acumuladas en las últimas temporadas, el interés por la Fórmula E cada vez es más grande tanto por parte de los aficionados como de los patrocinadores y los fabricantes de vehículos, lo que probablemente la convierta en una de las categorías del automovilismo que mayor expansión sufrirá en los próximos años, en paralelo a la caída de otras competiciones clásicas como la Fórmula 1.

Fuente | The Verge

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