El inicio de las entregas del Tesla Model 3 ha levantado una gran expectación. Y no es para menos, ya que hablamos de un coche eléctrico que ha sido de los primeros en plantar cara a nivel de ventas a los modelos convencionales en el mercado norteamericano, situándose primero en su segmento. Pero la llegada a Europa está plagada de buenas y malas noticias en cuento a entregas. Algo que según Elon Musk tiene una explicación.
Después de que las ventas de Tesla el pasado mes de marzo aumentaron hasta un 450% en mercados como Alemania, Noruega, Holanda y Suiza, abril ha sido testigo de una importante bajada. Algo que ha tenido como resultado que en mercados como Noruega, el Volkswagen eGolf ha logrado superar al Model 3. Algo que se ha repetido por los diferentes mercados, como Francia, donde apenas ha logrado entregar 251 unidades, muy lejos del Renault ZOE con 1.475 unidades, e incluso en España, donde después de arrasar en marzo, abril ha sido mucho más modesto quedando el Model 3 en la quinta posición con 51 unidades entregadas, por debajo el líder Nissan LEAF que ha logrado llegar a las 135 unidades.
Pero cuál es la razón de que un coche cuyas líneas de producción están logrando un elevado ritmo de producción sufra estos vaivenes. Según Elon Musk, la explicación es que resulta complicado realizar estadísticas mensuales con un coche que se fabrica en Estados Unidos, y que tiene que ser enviado vía marítima a Europa.
Esto puede dar como resultado algo similar a lo que hemos visto en los dos últimos meses, con un marzo espectacular, gracias a la llegada en febrero y principios de ese mes de varios envíos, y un abril que se ha frenado por la tardía llegada de unos buques que han desembarcado justo al final del mes, no teniendo tiempo material el fabricante de bajar los coches y enviarlos a su destino.
Según un comunicado de la propia Tesla, a mediados del mes de abril había 10.600 coches en proceso de envío a Europa. Algo que supondría de nuevo recuperar buena parte de las cifras conseguidas en marzo, y que posiblemente veamos este mes de mayo.
A esto se suma que Tesla no contabiliza ni las unidades ni los ingresos de cada coche hasta que es entregado a su propietario. Algo que tiene como resultado tanto los titulares de los malos resultados mensuales en entregas, como los económicos cuando uno de estos sucesos de muchas unidades en proceso de envío coinciden con un cierre de trimestre, cuando el fabricante debe presentar los resultados.
Una situación a la que Tesla tendrá que acostumbrarse hasta por lo menos la apertura de la fábrica china, que alivie la carga de trabajo en la de California, y que permitirá acelerar el ritmo de envíos para reducir los márgenes de entrega entre la llegada de uno y otro.
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Vía | Bloomberg
