Cada vez son más las personas que se plantean hacerse con un coche eléctrico, bien para usarlo de forma principal en sus trayectos diarios o para utilizarlo como segundo coche del hogar. Está claro que este tipo de vehículos cuentan con múltiples ventajas y en este artículo vamos a desgranarlas para ver si un coche eléctrico es más cómodo que uno más tradicional de combustión interna.
Generalmente, a las personas no le gusta el cambio ni salir de su zona de confort, es por esto que la llegada del coche eléctrico ha resultado más difícil que con nuevos productos en otros sectores. Por lo general, los conductores prefieren lo conocido antes de «arriesgarse» a dar el salto a una nueva tecnología que puede que cambie su forma de conducir, o no.
El miedo al cambio es algo que siempre dificulta tomar decisiones que se salgan de la norma habitual, pero probar cosas nuevas siempre suele ser algo positivo, especialmente si se trata de una nueva tecnología, más limpia y eficiente que la antigua a la que tiene que sustituir.
No hay que ser un experto para reconocer que la conducción de un coche eléctrico es más cómoda que la de un vehículo de combustión interna, por la simple razón de que el motor eléctrico no emite apenas ningún tipo de ruido, y será el sonido causado por la rodadura o el viento que choca en la carrocería, los principales generadores de ruido dentro del habitáculo. Conducir un coche de este tipo es, por tanto, una experiencia más cómoda y silenciosa.
En la actualidad, además, muchos municipios permiten aparcar de forma gratuita en plazas con sistemas de regulación de aparcamiento (SER en Madrid) o bien en plazas de centros comerciales dedicadas a este tipo de vehículos, donde muchas veces se dispone de un punto de carga gratuito. El coche eléctrico ahorrará tiempo al conductor, ya que no tendrá que invertir tanto tiempo en buscar un lugar donde dejar aparcado el coche.
En cuanto a la recarga de la batería, si se dispone de un garaje privado o comunitario, resulta una acción cómoda de hacer, debido a que solo habrá que conectar el cableado del wallbox al coche mientras está aparcado, cargando de forma automática cuando no lo usemos. Sin embargo, sí resultará complicado disponer de un punto de carga si no se cuenta con una plaza de aparcamiento de este tipo y habrá que depender de poder cargarlo en el lugar de trabajo o bien, en lugares públicos, restando comodidad.
En el caso de hacer viajes largos, no obstante, la experiencia en la actualidad no será del todo cómoda debido a la carencia de puntos de carga rápida en las principales vías del país, pero es algo que irá mejorando con el tiempo y redes como Ionity.
Por último, otra gran ventaja de los coches eléctricos es su prácticamente nulo mantenimiento. Pese a que muchas marcas exigen que sus modelos sigan pasando revisiones periódicas en los servicios oficiales, lo cierto es que en la mayor parte de ellas solo se hacen comprobaciones rutinarias, ya que los coches eléctricos carecen de líquidos y filtros que reponer o sustituir y, además, los neumáticos y frenos se gastan a un ritmo mucho más lento. Esto resulta en más comodidad y una menor pérdida de tiempo y dinero.
