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El petróleo se enfrenta a su mayor desafío desde la guerra de Irak. ¿Se beneficiarán los coches eléctricos de esta situación?

Este pasado sábado se ha producido una escalada más en la guerra de Arabia Saudita contra Yemen, con la explosión de una serie de drones contra las instalaciones petrolíferas saudíes. Un golpe de enormes proporciones que ha reducido a la mitad la capacidad de producción del país árabe lo que sin duda supondrá un incremento de los precios de los carburantes.

La situación es más grave de lo que podríamos pensar en un sector donde cualquier novedad suele provocar profundos movimientos en los precios. Y es que desde Bloomberg se ha indicado que de cara a los mercados, este ataque es la peor interrupción repentina de la historia, superando la pérdida de suministro de petróleo de Kuwait e iraquí en agosto de 1990, cuando Saddam Hussein invadió a su vecino. También excede la pérdida de producción de petróleo iraní en 1979 durante el Revolución Islámica.

Las noticias además son cada vez peores, y es que desde el estado se ha indicado que el corte de suministro podría durar meses, algo que según el director de investigación de Morningstar, Sandy Fielden, «el barril Brent podría llegar a los 80 dólares mañana, mientras que WTI podría ir a 75. El problema de suministro no se aclarará de inmediato, ya que los sauditas aún pueden entregar las reservas almacenadas».

Desde el banco de inversiones Goldman Sachs se han realizado una serie de escenarios basándose en la duración del corte saudí, con hasta 4 posibles situaciones que afectarán de una u otra manera al precio del petróleo, y por lo tanto de los combustibles:

  • Una interrupción muy breve, por ejemplo, una semana, probablemente elevaría los precios a largo plazo. Tal impacto en el precio podría ser de 3 a 5 dólares por barril Brent.
  • Una interrupción en los niveles actuales de dos a seis semanas, además de este movimiento en los precios a largo plazo, vería un aumento de la curva de avance de Brent (2 meses frente a 3 años) de 2 a  9 dólares / barril respectivamente. En general, el movimiento de precios esperado sería de entre 5 a 14 dólares por barril, proporcional a la duración de la interrupción.
  • En el tercer escenario se estima una interrupción de más de seis semanas. Algo que indican supondrá que precios de Brent subirán rápidamente por encima de 75 dólares.
  • Una interrupción neta extrema de 4 millones de barriles por día durante más de tres meses, probablemente elevaría los precios más allá de los 75 dólares por barril. Algo que hará dispararse los precios de los carburantes.

Para los expertos, esta última situación tendrá entre otras consecuencias una subida que colocará los costes de los carburantes en sus máximos en décadas. Un escenario más que posible para los analistas, que desconfían de la capacidad de os ingenieros saudíes de solucionar de forma rápida y eficiente este grave problema.

Sin duda la amenaza de una subida prolongada en el tiempo de los carburantes tendrá efectos en la decisión de muchos consumidores que verán añadir otro factor de riesgo la apuesta por un coche dotado de motor de combustión.

Este informe muestra que el petróleo tendrá que bajar su precio a 20 dólares el barril para poder competir contra el coche eléctrico y las energías renovables

De esa forma una hipotética subida de los precios de los carburantes un 20%, supondría que el litro de gasóleo pasaría de una media de 1.2 euros actuales, a 1.44 euros. Esto se traduciría que llenar un depósito de 50 litros pasará de costar de 60 euros a 72 euros.

Más a largo plazo, si se mantienen en el tiempo estos precios, supondría que un coche diésel medio con un consumo de 6 litros a los 100 km, pasará de costar sólo en combustible de los 7.200 euros actuales, a los 8.640 euros. O visto de otra forma, un coche que recorra cada año 20.000 km, pasará de tener un coste mensual en gasóleo de 120 euros al mes a 144 euros mensuales.

Y eso que no hablamos de los precios más altos a los que ha llegado un gasóleo que en España ha estado en los 1.44 euros el litro en 2012.

Unos datos muy a tener en cuenta a la hora de valorar la compra de un coche eléctrico, o de seguir apostando por los combustibles fósiles que como vemos se enfrentan a una etapa de gran inestabilidad.

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Vía | Bloomberg | Zerohedge

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