El Secretario de Transporte del Reino Unido, Grant Shapps, ha lanzado una polémica propuesta en la que pide la revisión de los límites de velocidad en el país. Principalmente la circulación por las autovías donde indica que, con la llegada del coche eléctrico se podría volver a estudiar.
Los argumentos en los que se basa esta propuesta son que el debate del incremento del límite máximo lleva sobre la mesa 20 o 30 años, pero hasta ahora se había rechazado no por cuestiones de seguridad, sino por cuestiones del incremento de las emisiones contaminantes. Algo que con el coche eléctrico se podría superar.
La idea sería aumentar de los 113 a los 130 km/h el máximo en determinadas autovías de al menos dos carriles por dirección. Algo que indica favorecerá a sectores como los profesionales que verían mejorada su productividad al poder completar sus desplazamientos de una forma más rápida. Un informe encargado por el Departamento de Transporte descubrió que aumentar el límite de velocidad de 65 a 80 km/h para vehículos pesados de más de 7.5 toneladas, había ahorrado a las empresas millones cada año, y además había ayudado a aumentar las velocidades promedio en 2.4 km/h, reduciendo miles de horas de conducción.
Otros argumentos a favor indican que la modernización de los vehículos hace que cada vez sean más seguros, facilitando el poder moverse más rápido sin problemas. También hay quién dice que un incremento de 10 o 20 km/h de incremento de la velocidad permitirá agilizar el tráfico y reducir los atascos. Algo que de nuevo tendría un impacto positivo en los profesionales y servicios de transporte público que se enfrentarían a vías menos congestionadas.
Al mismo tiempo desde el Ministerio de Transporte se pone sobre la mesa que la revisión de los límites de velocidad no deberían estar acompañados sólo de un incremento en las autovías, sino que también una reducción en algunas carreteras secundarias donde son demasiado elevados para la vía, y donde se producen una buena parte de los accidentes.
Un intenso debate que lleva desde hace más de dos décadas sobre la mesa, y que ahora el coche eléctrico podría ayudar a superar, no sin antes pasar por una profunda revisión y estudio de los verdaderos impactos que podría tener su aplicación.
Una medida que podría servir como argumento extra para facilitar las ventas de coches eléctricos, si estos fuesen los favorecidos por la medida, quedando el límite para los diésel y gasolina en las cifras actuales. Algo que tiene su complicación a la hora de ser implementando, pero que sin duda de lograrse podría ser un argumento muy interesante para favorecer sus ventas.
Vía | ST
