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El verdadero coste de no recargar un híbrido enchufable. Hasta 164 euros al mes y más emisiones que un diésel o gasolina equivalente

Son muchos más de los que pesamos aquellos usuarios de un híbrido enchufable que nunca recargan sus baterías. Un problema económico que tiene su origen en los coches de empresa, pero también en algunos particulares que sólo quieren el enchufable por los beneficios fiscales y la posibilidad de acceder al centro de zonas restringidas a los motores diésel y gasolina.

Según un estudio de la empresa británica especializada en flotas, Fleet Logistics, la problemática de los híbridos enchufables que nunca se enchufan tiene repercusiones tanto económicas como en el aspecto de las emisiones contaminantes, y debería ser tratado de una forma mucho más rigurosa tanto por las empresas, como también por las autoridades públicas.

La primera repercusión es la económica. Un híbrido enchufable que no recarga sus baterías no logra acceder al ahorro económico que le ofrece el poder moverse parte de sus recorridos en modo eléctrico.

Como ejemplo ponen el caso de un BMW Serie 3 PHEV, cuya factura energética mensual puede rebajarse desde los 66 euros mensuales para un conductor que recorra 16.000 km al año. Cuantos más kilómetros, mayor será el ahorro, y por ejemplo con un kilometraje de 24.000 km al año el ahorro mensual asciende hasta los 99.7 euros, y para un conductor que recorra cada año 40.000 kilómetros, podrá reducirse de su factura mensual unos 164 euros. (Datos tomados según el coste de la electricidad y los carburantes en Reino Unido.)

Las cifras de Fleet Logistics subrayan las últimas investigaciones de Emissions Analytics que muestran los malos resultados de consumo y emisiones reales de los híbridos enchufables cuando no se recargan. De todos los PHEV probados, que incluye versiones de gasolina y diesel, el rendimiento promedio logrado ha sido de 7.6 litros a los 100km, con unas emisiones de CO2 de 193.3g / km. Unas cifras que suponen un 62.5% peor que los resultados oficiales de NEDC, y que superan los números de sus versiones diésel o gasolina equivalentes.

Además de hacer más costoso el vehículo en su vida útil, y hacerlo más contaminante, el no usar el modo eléctrico está teniendo otra curiosa consecuencia y es que algunas empresas están devolviendo sus vehículos al encontrarse con unos consumos y unos costes operativos muy superiores a los esperados al adquirir un vehículo híbrido. Algo que como vemos no es culpa del vehículo, sino del mal uso de su sistema.

Para los responsables de Fleet Logistics. “Los PHEV pueden desempeñar un papel muy importante para ayudar a las empresas a hacer la transición entre los motores de combustión y los vehículos eléctricos. Sin embargo, es importante que se usen correctamente para no afectar la contaminación del aire y los costes operativos”.

Desde la empresa se indica que uno de los problemas es que los conductores no son sancionados de ninguna forma por conducir sus vehículos siempre en modo gasolina. Algo que a nivel fiscal tampoco se tiene en cuenta ya que no se puede hacer un seguimiento de cada unidad en la carretera de forma individual.

La conclusión es que los híbridos enchufables pueden jugar un papel importante de cara a la electrificación de las flotas y la reducción de las ventas de modelos diésel y gasolina. Pero al mismo tiempo empresas y autoridades deberían poner el foco en incentivar a los propietarios a usar lo máximo posible el modo eléctrico de estos vehículos, ya que de o contrario sus beneficios se dilapidan y pueden ser incluso un problema mayor del que se quiere solucionar.

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Vía | Fleet News

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