Desde el inicio de las ventas de coches eléctricos, varios son los factores a los que se han tenido que enfrentar los interesados. El precio, la falta de infraestructura de recarga, y también el total desconocimiento e incluso la hostilidad de los concesionarios. Algo que en los últimos años ha mejorado algo, pero que parece en algunos casos sigue siendo una asignatura a mejorar.
Y es que las formación del personal en sistemas eléctricos sigue siendo un apartado marginado por la mayor parte de los fabricantes. Algo que tiene mayor impacto en aquellas marcas que acaban de incorporarse, o lo están haciendo, al sector del coche eléctrico.
Es el caso de Ford, que a pesar de contar con productos desde hace años, su apuesta ha siso casi nula, limitando las ventas de los mismos a determinadas regiones. Un fabricante que acaba de dar un enorme salto adelante con la presentación del espectacular Mustang Mach-E. Un SUV deportivo que ha llegado a las primeras páginas de todos los medios especializados, pero que parece sigue siendo un desconocido dentro de los concesionarios de Ford.
Para comprobar de primera mano como están las cosas, el canal norteamericano EVBite ha realizado una serie de llamadas a 15 concesionarios de Ford de Estados Unidos tres semanas después de la presentación del Mach-E. Tiempo que debería ser suficiente para que los comerciales al menos tengan al menos conocimiento de la existencia de este nuevo modelo. Por desgracia la situación nos recuerda a la vivida en los primeros años de ventas de coches eléctricos.
En las 15 concesiones el comprador fantasma se ha encontrado con una primera fase en la que la persona que le atiende no sabe ni de qué modelo se trata. Son necesarias varios «le paso con otra persona» hasta lograr topar con un único comercial entre todos los contactados con mínimos conocimientos para al menos mantener una conversación superficial. Nada de entrar en detalles básicos del vehículo, como potencia, capacidad de batería o autonomía y precio.
Lo peor de todo es que aunque muchos de los comerciales parecen amables, aunque nada informativos, otros se muestran totalmente desinteresados en ayudar al presunto cliente, e incluso llegan a ofrecer información errónea, como el que indica que el Mach-E no puede ser cargado en una vivienda, mientras que otro tira piedras contra su tejado indicando que los coches de Tesla son mejores, aunque con precios de 100.000 dólares son demasiado caros.
Por supuesto hay que coger este tipo de acciones con un poco de cautela, ya que no sabemos qué método han usado para seleccionar a las concesiones a llamar. Pero lo que si está claro es que la formación de los empleados de las marcas tradicionales para vender coches eléctricos es un apartado marginal dentro de las planificaciones y los presupuestos de los fabricantes. Algo que tiene como resultado una red poco formada que salvo algunas excepciones, solo logra ahuyentar a los clientes que buscan comprarse un coche eléctrico.
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